Las obras del castro de Elviña terminaron este verano. Se costearon dentro de la financiación que otorgó el Ministerio de Fomento en 2008, de 1,7 millones de euros, a petición del gobierno de BNG y PSOE. Tendría que haberse terminado en cuatro años pero, tras unas primeras actuaciones y tras estar sin actividad arqueológica desde 2013, el Gobierno estatal dijo basta y dio un ultimátum en 2016 para rematar y justificar la transferencia concedida. Firmaron una prórroga hasta 2018, que cumplió con las previsiones.

En octubre de 2011, con el PP en el Gobierno, el Ministerio abonó las anualidades correspondientes a 2008 a 2010, pero no la última porque había aún actuaciones sin desarrollar. Es en ese mismo otoño cuando se firma una adenda al convenio entre las dos administraciones que ampliaba a 2014 la duración del acuerdo y, por tanto, de los trabajos. Ese año el arquitecto municipal firmó un proyecto, que tuvo un largo recorrido hasta que recibió el visto bueno de Patrimonio. Al plan le atravesó un nuevo cambio en María Pita. En agosto de 2015 se firmó una nueva adenda para alargar una vez más el plazo, que tampoco se pudo cumplir.

En este caso, el Gobierno de Marea tuvo que paralizar el concurso para la intervención por un "error no subsanable" en el procedimiento abierto, con la promesa de volverlo a licitar. Pero Fomento dio un ultimátum y exigió al Concello que se justificasen gastos y se demostrase la intención de seguir, para no perder los 600.000 euros que faltaban por gastar. Tras un nuevo concurso público, la empresa Desarrolla ganó el contrato en junio de 2017 y finalizó los trabajos este verano.

La torreta de Fenosa

Una de las actuaciones clave en los últimos años se desarrolló en solo 15 días. Fue la retirada de la polémica torreta ubicada en medio del BIC. Fenosa la instaló años después de que en 1947 se iniciasen las excavaciones arqueológicas en el lugar. Tenía una sentencia de derribo desde 1965.