Vecinos o empresas deben al Concello 64,5 millones de euros, según el balance a 31 de diciembre de 2017. Las deudas, generadas en los últimos 33 años, responden a varios conceptos, siendo los más numerosos los relacionados con multas, impuestos, cuotas de urbanización o ejecuciones subsidiarias. Durante 2017, la Concejalía de Hacienda logró recaudar 17 millones de euros, ya que los impagos a principios de ese año ascendían a 87,7. El grueso de esta reducción corresponde al cobro de deudas de los años inmediatamente anteriores, sobre todo 2016.

A lo largo de 40 páginas, la Hacienda local repasa los numerosos conceptos que reclama la administración local a ciudadanos y empresas. Uno de los más llamativos es el de las cuotas de urbanización, que deben aportar los propietarios de suelos en la ciudad que urbanizan la zona, que, en 2015, llegan a componer una deuda de 3,3 millones de euros, pero que antes, en el año 1990, llegaban casi al medio millón de euros. También los ingresos por acciones subsidiarias componen una de las deudas más repetidas, desde el propio 1987. Entre 20.000 o 30.000 euros suele ser el montante de cada año aunque en 1989 llegó a 211.370 euros. Se trata de actuaciones que costea, de inicio, el Ayuntamiento para después reclamárselo al propietario, como sucede en fincas con maleza o en solares abandonados que pueden suponer un riesgo para la seguridad o salubridad de los vecinos.

Los impuestos son una de las fuentes más evidentes de impago, que se repiten en las últimas tres décadas. El Impuesto de Actividades Económicas, que deben pagar las empresas y autónomos, acumula más de 400.000 euros de impagos en 2009 o más de 100.000 en 2002. También las multas son de las deudas más repetidas en el listado de Hacienda, así como el coste de la grúa municipal en la retirada de vehículos, que llegó en 2005 a 325.000 euros.