Exponer ideas, argumentar y debatir. Es en lo que trabajan diariamente los alumnos de Malús Rey, profesora del colegio Esclavas, centro que organiza los próximos días 16 y 17 de noviembre un torneo de debate en el que participan estudiantes de ESO y Bachillerato. "Creemos que hay que preparar a los niños para el futuro. Los estudios sobre empleabilidad de 2030 y 2050 indican que las empresas las empresas van a tener en cuenta las titulaciones pero lo fuerte van a ser las habilidades blandas", detalla.

Malús Rey se refiere a la inteligencia social, la comunicación y las competencias sociales. "No hay que ser un fenómeno para hacer bien el debate. Tiene sitio para todos", comenta la profesora del centro educativo, que organiza este torneo de debate por segundo año consecutivo.

En la iniciativa -que cuenta con ronda previa, cuartos de final, semifinales y final- participan alumnos de Esclavas, Peñarredonda, Liceo, Eirís y otros cinco colegios de Madrid y Pontevedra. El tema a debatir será si el derecho a la privacidad debe supeditarse a la seguridad colectiva. "Cada grupo tendrá que preparar la posición a favor y en contra. Justo antes del debate, habrá un sorteo para conocer su postura", cuenta Rey sobre cómo será la dinámica.

Los participantes deberán estar "documentados y no podrán aportar ideas que no estén evidenciadas con fuentes fiables". "Se valorará cómo razonan, cómo se mueven, cómo argumentan y la dicción que tienen", revela la profesora, quien apunta que esta actividad tiene una "respuesta buenísima" por parte de los alumnos. "El que entra en debate, se queda. Además, los docentes descubrimos potencialidades en los niños que no se habían visto con otras actividades", explica.

En la clase, los estudiantes no solo aprenden a debatir sino que también "investigan sobre temas que no se enseñan en el colegio, recaban información y tratan de demostrar lo que dicen".

En el torneo de debate que se celebrará el 16 y 17 de noviembre, los participantes tendrán que hacer, según Malús Rey, "una exposición inicial de tres minutos, dos refutaciones de cuatro minutos cada y luego una conclusión final". Además, como novedad este año, los padres de los alumnos realizaron ayer una sesión de motivación relacionada con la actividad. "Es como un calentamiento. Van a vivir lo que es el debate, lo que hacen sus hijos, con el mismo tema y veremos cómo se desenvuelven", concluye la profesora.