No es la piedra, los forjados o la madera con la que se construyeron, pero se le asemeja su disposición y la composición en conjunto. Varios bajos comerciales de la calle Real han recuperado la imagen que lucían hace décadas, después de que sucesivas reforman hubiera borrado el peso de la historia de su cara más visible. Y es que el artículo 61 del Plan Especial de Protección e Reforma Interior (Pepri), aprobado en 2013, establece que cuando se realicen obras de adecuación arquitectónica en las fachadas y elementos exteriores de los edificios será obligatoria la "recuperación de las características arquitectónicas y formales originarias del conjunto, con supresión de elementos disconformes". Específicamente el siguiente artículo, el 62, ordena que las plantas bajas tengan "coherencia con las características arquitectónica del edificio y del contorno urbano histórico". Así, varios ejemplos en la ciudad ilustran esta vuelta al pasado, en parte, de los edificios más antiguos.

Los locales de los números 9 y 35 de la céntrica calle Real han experimentado el cambio. Siendo, hasta hace poco, unos bajos comerciales básicamente acristalados para mostrar la mercancía que ofrecían en su interior, ahora lucen nuevo aspecto. Entre las características que han readoptado y a las que obliga el plan están la recomposición de huecos en los escaparates, muy visible en la tienda de moda de hombre, o la restitución de elementos ornamentales o de carpintería. En el caso del número 9, la primera planta del edificio, también con un escaparate como protagonista en el pasado, se ha transformado en dos ventanas con balcón de forjado negro.

Eso sí, no todas las reformas han acabado con un resultado parecido al original o, por lo menos, no muy detallado. La antigua librería Colón, cerrada en 2007 y que ahora ocupa una tienda infantil, modificó su aspecto exterior, cumpliendo la normativa, pero no incluyó en las obras unos repujados motivos decorativos que contenía la fachada más antigua.

Los cambios se extienden a Riego de Agua y a otros bajos comerciales de la zona centro, donde también se recuperan fachadas con varios escaparates y con carpintería en madera blanca. La documentación, a través de imágenes, planos o textos, permiten a los arquitectos diseñar la nueva-antigua fachada de la ciudad.