La Fundación Juana de Vega desarrolla hasta el próximo viernes en su sede de Oleiros un seminario sobre el parque arqueológico del castro de Elviña que forma parte de las actividades de la Escuela Gallega del Paisaje de esta entidad. El ingeniero agrónomo Pedro Calaza es el coordinador de la iniciativa, en la que durante esta semana intervendrán expertos internacionales en diferentes campos relacionados con la intervención paisajística en un yacimiento arqueológico.

- ¿Es complicado actuar en el entorno de un lugar en el que existen restos arqueológicos?

-Sí y por varias razones. Como es un Bien de Interés Cultural, requiere un tratamiento diferenciado y un proyecto con un contenido mucho más amplio y específico que uno normal. Y con el valor que tiene el castro de Elviña, requiere de unos estudios profundos de arqueología y de paleobotánica para ver qué tipo de vegetales había en la época, por lo que es más complicado que un proyecto habitual de paisaje.

- ¿Debe recrearse el ambiente que existía en aquel tiempo o adaptarse al actual?

-Lo que es importante es que se integren elementos vinculados a una mejor gestión del lugar, ya que el castro de Elviña debería tener unas infraestructuras mínimas como un centro de acogida de visitantes que no tiene por qué estar junto al mismo, además de unas condiciones para que la gente que lo visite esté cómoda. También hay que contar con arqueólogos que conocen el valor de lo que hay y lo que puede haber, porque recordemos que el castro de Elviña no está excavado del todo. Lo que ya se ve hay que integrarlo en el entramado del diseño y puede ser utilizado como recursos fundamentales o puntos focales del diseño.

- ¿Favorece o perjudica la visibilidad que tiene el castro desde un amplio entorno?

-Le favorece porque se ve desde muchísimos sitios, por lo que hay que el tratamiento de la vegetación tiene que estar muy bien hecho, lo que obligaría a un cambio drástico de la actual, que en su mayor parte es no potencial. Una de las profesoras que intervino en el seminario hoy [por ayer] apostó por reubicar especies como el laurel o el roble, de los que existen ejemplares pero de los que habría que cambiar su situación. El castro debe ser protegido también de los impactos visuales, ya que debe entenderse desde un contexto integral, de forma que el paisaje visto desde lejos es fundamental.

- ¿Le afecta también de forma negativa su proximidad a viviendas y al campus universitario?

-La realidad es la que hay y la Universidad no se puede cambiar de sitio. Hay que buscar soluciones para la mejora de la accesibilidad, no solo desde la Universidad, que tendría que ser mucho mejor, sino con las viviendas cercanas y por supuesto con la ciudad, a la que está muy próxima, por lo que tendría que haber rutas para ir andando hasta allí.

- Chocan las dificultades para que llegue al castro un autobús con visitantes al castro.

-La mejora de la accesibilidad es uno de los objetivos de esta actividad, no solo la peatonal, sino la rodada. La infraestructura verde tiene unos elementos fundamentales que se llaman nodos o núcleos que son zonas con alto valor natural, pero también pueden ser de alto valor etnográfico, cultural o histórico, y yo creo que el castro de Elviña puede reunir las características para que sea utilizado como un nodo de la infraestructura verde de la ciudad de A Coruña, de forma que la gente lo visitase no solo para ver lo que hay sino también para disfrutar del paisaje, ya que los espacios verdes mejoran la salud mental y física.