Anna Caballé, crítica literaria y profesora de la Universidad de Barcelona, es la autora de Concepción Arenal. La caminante y su sombra, biografía de la escritora ferrolana que hoy a las 20.00 presenta en la Fundación Paideia en un acto promovido por el Ateneo Republicano de Galicia. La obra de Caballé, presidenta de la asociación Clásicas y Modernas, ahonda en la igualdad de género y el feminismo a través de la historia y la literatura.

- ¿Le tenía ganas a Concepción Arenal?

-Muchas. En 2003 escribí una semblanza suya para el proyecto La vida escrita por las mujeres, una antología de escritoras españolas e hispanoamericanas de todas las épocas. Entonces me di cuenta de lo interesante que era su persona, que biográficamente estaba bastante por explotar. Hace tres años me llamaron de la Fundación Juan March para proponerme una biografía de para su proyecto Españoles Eminentes y al preguntarme sobre quién quería escribir pensé en Concepción Arenal sin duda.

- ¿Qué enfoque ha seguido para mostrar su figura y su legado?

-Me he ceñido a recorrer su trayectoria biográfica. Hasta su viudez se ha escrito bastante sobre ella, pero yo le he dado más importancia a su vida a partir de ese momento, su viaje a Potes y su crisis vital, hasta su muerte en 1893.

- ¿Se presta el personaje a la experimentación literaria a un planteamiento más académico?

-Me dedico desde hace años al estudio y crítica de la biografía y si experimento lo hago sin perder el rigor académico que le he querido dar a su biografía. Me parecía atrevido experimentar. En todo caso, Arenal dejó muy poca información de su vida y he tratado de suturar sus vacíos con contextualizaciones de la época o aludiendo a problemas a los que ella se enfrentó.

- ¿Por qué la caminante del subtítulo?

-Ella necesitaba andar para pensar, su pensamiento avanza en las caminatas, lo que me recuerda a las protagonistas de las novelas de Jane Austen. Y su sombra es la carga emocional que lleva durante su vida, la muerte del padre y la responsabilidad de enriquecer su legado.

- ¿Cuál cree que es la mayor aportación al feminismo que ha dado la figura de Arenal?

-Destacaría la reflexión ética. Lo que más le preocupaba era corregir las desviaciones de la sociedad de su tiempo, la corrupción en todas sus formas, que denuncia una y otra vez. Y es una pena que las lecciones morales que dio en sus libros no la convirtieran en una pensadora ética presente en la formación de los estudiantes.

- ¿Qué pensaría ella hoy de la desigualdad de género?

-Ella estaría en la vanguardia de la defensa de la igualdad de la mujer porque eso mismo lo hizo de forma muy temprana y con unas argumentaciones que hoy asombran por su lucidez.

- ¿Suscribiría un movimiento como #MeToo para denunciar la agresión y el acoso sexual?

-Me lo han preguntado alguna vez y no sé qué decir. Ese movimiento requiere de una posición de protagonismo que, para empezar, Arenal odiaba. Indiscutiblemente ella estaría en primera línea del feminismo, pero se opondría a las campañas de linchamiento como las que hoy hay hacia algunos personajes públicos, a veces políticos, que comenten errores o son corruptos. Porque ella insistía en que la sociedad tiene que juzgar y condenar, si se da el caso, pero no linchar. Esas campañas de hoy horrorizarían a Arenal porque moralmente no enriquecen a nadie.

- ¿El feminismo de hoy conoce o da valor a Concepción Arenal?

-Creo que el feminismo ha sido la única corriente intelectual que ha mantenido viva la memoria de Arenal, quizá no con la profundidad y el conocimiento que deberíamos. Y es gracias a esos dos libros que publica, La mujer del porvenir y La mujer de su casa, que son las dos caras sobre los derechos que requiere la mujer de su tiempo. Y es curioso que, siendo una defensora de la educación y crítica con la religión, en ningún libro sobre el krausismo se la cite.

- ¿Existe igualdad de género en la literatura?

-No. No podemos negar que hoy hay muchas escritoras visibles que ganan premios y tienen toda la libertad para escribir y publicar. Pero en el conocimiento y el reconocimiento de la literatura escrita por mujeres en el pasado la ignorancia es casi absoluta. Los estudiantes de Secundaria y de la Universidad apenas conocen las aportaciones de las mujeres en el campo de la literatura, la filosofía o el arte. Y si usted va a una conferencia, el 80% del público es femenino porque sienten un verdadero interés por la cultura, algo que siempre ha salvado a la mujer en épocas muy difíciles.