La ciencia estudia, investiga e interpreta los fenómenos naturales, sociales y artificiales. Pero no es su única función. Así lo entiende la comunidad educativa del instituto de A Sardiñeira, que ayer celebró el Día da Ciencia en galego con el objetivo no solo de divulgar sino de crear un vínculo entre los alumnos de los ciclos de Formación Profesional del centro y del resto de estudiantes de ESO y Bachillerato. "Es una forma de que entren en contacto porque tienen horarios diferentes y apenas coinciden. Queremos que todos los compañeros se conozcan", apunta la vicedirectora de A Sardiñeira, Susi Alvariño.

El patio del centro se convirtió ayer en un enorme laboratorio científico. La jornada, cargada de talleres y experiencias, estuvo dedicada a Arquímedes y al Maestro Mateo. "Fue un día muy interesante y los más pequeños estaban entusiasmados", comenta.

Susi Alvariño, que no se quiso perder algunos de los proyectos científicos expuestos, asegura que "la química" fue lo que más gusto entre los "alumnos de Bachillerato". "Ha sido un día estupendo en el que todos los estudiantes participaron en las actividades. La mayoría, muy vistosas", analiza la vicedirectora.

Los alumnos de los ciclos de Formación Profesional, también los de horario nocturno, trabajaron "durante 15 días" para organizar los talleres y mostrar de una manera lúdica y práctica conceptos científicos y técnicos.

A lo largo de la mañana, los participantes -también alumnos de 5º y 6º de Primaria del colegio José Cornide- pudieron descubrir cómo funciona un submarino, el efecto sifón y la flotabilidad de un tomate cherry en líquidos con distintas densidades. Todas las actividades estaban relacionadas con los dos protagonistas de esta nueva edición del Día da ciencia en galego, por lo que hubo experimentos relacionados con el Principio de Arquímedes y la obra del Maestro Mateo. "A muchos les llamó la atención un lanzallamas hecho a mano", apunta Susi Alvariño, quien considera que este tipo de iniciativas permite a niños y mayores "disfrutar y aprender al mismo tiempo".

Los estudiantes de A Sardiñeira pudieron mancharse las manos en los talleres para fabricar su propio slime, una masa o gelatina elástica para jugar y desestresarse. "Eso les encantó", desvela la vicedirectora el centro, a la que le entusiasma que los jóvenes "no solo organicen la actividad sino que también la explican". Hubo también una observación del comportamiento de la maicena en el agua y su respuesta ante una presión, una demostración de la inflamabilidad del lycopodium y las características del óxido de polietileno.

"Con este jornada hemos cumplido un triple objetivo: que los alumnos de ciclos aprendan a divulgar la ciencia que están estudiando, que los estudiantes del instituto conozcan estos conceptos y que ambos grupos se conozcan y establezcan contactos entre ellos", resume Susi Alvariño, orgullosa de la buena acogida de esta iniciativa.