- ¿Está bien dotada de museos científicos una ciudad como A Coruña?

-Sí. Los museos del Concello y el Muncyt complementan sus discursos de divulgación científica en ámbitos diferentes. Los responsables de unos y otros hemos actuado de forma inteligente, sin solaparnos, para que la población pueda acudir a nosotros en busca de información, experiencias y pensamiento crítico. La oferta en cultura científica de la ciudad es magnífica.

- ¿Cómo seduce el Muncyt a través de la ciencia a los ciudadanos?

-La base de nuestra actividad es la historia de la ciencia y sus colecciones y sus personajes, explicar cómo una pieza relevante de la ciencia y la tecnología se ha construido y defendido para salir adelante. Compaginar patrimonio y humanidad. Esto es lo que haremos el próximo mes con una iniciativa que se llama Piezas con memoria, que recoge experiencias de investigadores y visitantes respecto a piezas concretas de nuestra colección de cuya historia tienen un conocimiento muy personal.

- ¿Los museos científicos tienen que renovarse continuamente?

-Los museos somos seres vivos que no nos podemos parar ni en la metodología ni en el enfoque. Somos inquietos y nos dedicamos a la cultura con distintas perspectivas que enriquezcan nuestro discurso. No se trata de conseguir más visitantes, para lo que hay muchas formas, se trata de comprometerse con la cultura científica, con la participación de la ciudadanía, con la mejora del conocimiento. Eso es una herencia cultural relevante que nos cuesta asociar a nuestra vida más que otros ámbitos artísticos.

- En ese camino de renovación constante, ¿qué respuesta recibe el museo por parte de la sociedad?

-El impacto que el Muncyt ha tenido en la ciudad no ha restado ni actividad ni visitantes ni potencialidad a los demás museos científicos de la ciudad. Lo ha sumado. Nuestro museo mantiene un nivel homogéneo de visitas, que obtienen del museo una mayor y mejor oferta cultural y la posibilidad de utilizar su tiempo de ocio en adquirir conocimientos, formular preguntas y, en definitiva, vivir más intensamente.

- En el amplio campo de la ciencia, ¿con qué quiere el museo atraer más al público de hoy?

-En la experiencia del Muncyt hay dos perspectivas muy relevantes. Una es el ámbito educativo, que se encamina a la formación informal o no formal, como decimos en los museos; es decir, que la ciencia despierte el interés de los jóvenes, no solo para provocar vocaciones científicas sino para que, sea cual sea tu vocación profesional en la vida, la adquisición de conocimiento y cultura científica sea de interés y consiga que seamos capaces de formar a ciudadanos con información suficiente para tomar decisiones y participar en el debate público en aspectos científicos y tecnológicos relacionados con la salud, alimentación o el uso de nuevas tecnologías. Para esos temas tenemos que adoptar una posición social y una posición individual y los museos ofrecemos herramientas para ello. La otra perspectiva tiene que ver, por ejemplo, con la sección Nuestros donantes, con la que reivindicamos a quienes donan piezas al museo y su historia propia a través de ellas. Es una línea que atrae mucho a visitantes, con enriquecedoras visitas de distintas generaciones.