Fue corista de artistas de como Mary J. Bligey o Andrea Bocelli, pero pronto se dio cuenta de que su lugar no estaba al fondo del escenario. "Gané confianza gracias a tener a otras personas que creían en mí empujándome a tomar el camino en solitario", explica Alani Charal, conocida en los circuitos musicales como Ala.Ni. La cantante londinense, que debutaba hace dos años con su álbum You & I, pasea ahora por las tablas españolas presentando sus temas como solista, que ya traía a la ciudad como parte del Festival Noroeste 2017. La historia de amor que narra en ellos, desde el enamoramiento hasta la ruptura, la contará de nuevo este miércoles en Afundación (21.00 h), en el marco del ciclo Acreativa Live.

-A estas alturas, se tiene que haber acostumbrado a ser la voz vintage del momento.

-Supongo que algo así, sí [se ríe]. Aunque en realidad solo trato de hacer las cosas lo mejor que pueda. Creo que soy una voz vintage porque lo hago a la manera vintage. Ahora haces el idiota en el ordenador, y es tan fácil hacer música en casa, que te olvidas de la naturaleza, de los sonidos accidentales de la música. Pero no todo puede ser perfecto. Yo he querido hacer algo natural. No hay BPM, no hay clics, y eso es lo que me gusta a la hora de expresar mi música.

-¿De dónde le viene la inclinación por ese sonido de los años 30 y 50 que se escucha en You & I ?

-Siempre he estado bastante fascinada por eso. Yo iba a los escenarios y cantaba un montón de canciones de la televisión de Hollywood. De alguna forma, mi voz está entrenada para cantar ese estilo.

-Una de los singles , Cherry Blossom , remite casi de forma inmediata al tema principal de una de aquellas películas. ¿Tomó referencias cinematográficas para hacer este disco?

-Sí. Yo veo los sonidos. Me gusta sentirlos como canciones en blanco y negro de Hollywood. Es más fácil de alguna manera. Además, todos nosotros, desde España hasta Londres y los lugares más remotos, hemos crecido con esa idea americana de la vida y del amor. Es todo lo que queremos, aunque no sea necesariamente realista [risas].

-Dividió este disco en cuatro partes, una por cada estación. ¿Cómo un álbum que se ha gestado así acaba formando un todo tan coherente?

-En realidad, no lo escribí como 4 EP, lo escribí como un álbum de 12 canciones. Mientras estaba escribiendo, me di cuenta de que estaba narrando una historia sobre un affair, y entonces lo puse en el contexto de un año, de modo que se sintieran las estaciones en las canciones. Decidí diseccionarlo en 4 EP y lanzarlo así. No iba a poner todas las canciones juntas, pero la discográfica insistió, así que hice el álbum.

-Llama la atención la reducción casi al mínimo de los instrumentos. ¿La voz debe bastar para emocionar?

-Sí. Mi próximo álbum es, de hecho, a capela, serán todo voces. Para mí, la voz es mi instrumento. Tendré a Iggy Pop hablando en francés en el disco, y a un rapero estadounidense. Va a ser muy diferente [ríe].

-Va a sorprender a todos.

-Bueno, es que yo nunca dije que fuera una cantante de jazz. Solo estoy haciendo lo que quiero.

-En You & I lo que decidió fue narrar el viaje de una relación, desde el enamoramiento hasta el dolor. ¿Quería desgranar todas las fases?

-Sí. Es como? Cuanto más comprendes el amor, más crece. Es entender que el amor no es convencional, porque da igual tus preferencias sexuales, tu color? Todo está envuelto por el amor. Siento que es mi modo de entenderlo, y me gusta cantar sobre ello.

-Hay otra idea que recorre el disco: ese río, que aparece en Cherry Blossom, To the river ?

-Porque es el fluir, no puedes controlarlo ni cambiarlo? El río es como la vida, puedes subirte a una barca para tratar de estar a salvo, o puedes sumergirte en ella. Las cosas malas van a pasar, pero no puedes pelear contra eso. Y lo mismo ocurre con el amor. Es como el agua del río, simplemente pasa.

-¿La música también?

-Sí. Por eso me gusta improvisar. Yo no podría cantar la misma canción del mismo modo en cada concierto, me volvería loca [risas].

-Sus intereses han sido muy variados. Ha sido diseñadora, bailarina? ¿Qué le hizo centrarse en el canto?

-Estaba haciendo algunas cosas en la moda, pero al alejarme de la música empecé a apreciar más mi propia necesidad de ella en mi vida. Yo tengo que cantar cada día. Si no lo hago, sé que no estoy contenta. No era feliz, así que volví a cantar. Fue un viaje de autodescubrimiento. Gané confianza gracias a tener a otras personas que creían en mí empujándome a tomar el camino en solitario.

-¿Cambia mucho la vida cuando se pasa de ser corista a tener un proyecto en solitario?

-Sí. Si siguiera siendo una corista probablemente estaría ganando más dinero [se ríe]. Pero yo necesitaba más que eso.