El Gobierno local trata de averiguar a quién pertenecen y en qué situación urbanística se encuentran las viviendas del núcleo tradicional de San Xosé en las que se desarrolló el pasado martes una operación policial contra el tráfico de drogas. El alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, declaró ayer en relación con la exigencia de la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga (Aclad) de que se derriben Acladde que la falta de datos sobre estas casas "hace complicado actuar". A pesar de que no se trata del único caso de solares abandonados en estas condiciones en la ciudad, Ferreiro admitió que éste padece el problema de que las construcciones son utilizadas para llevar a cabo tráfico de drogas, por lo que manifestó: "Estamos abiertos a ver qué posibilidades legales existen".

Tras la detención de siete personas en la intervención policial, dos de las cuales eran menores que fueron puestos en libertad posteriormente, agentes del Cuerpo Nacional de Policía estuvieron presentes ayer en la zona para controlar que no se reproduce el trapicheo. En la operación del martes los policías se incautaron de 20 gramos de cocaína y otros tantos de heroína, además de dos escopetas de balines.

Familia de Penamoa

La vicepresidenta de Aclad, Rosa Barreiro, informó esta semana que las personas que utilizan las casas de San Xosé para traficar con estupefacientes pertenecen a una familia que se dedicó a esta misma actividad en el poblado chabolista de Penamoa hasta su derribo en 2012. Una vez que desapareció este asentamiento por la construcción de la tercera ronda, estas personas se desplazaron a diferentes lugares para continuar con la práctica del trapicheo, entre ellos las viviendas de San Xosé, por lo que Barreiro reclamó que sean derribadas.