Por sentencias judiciales, para ampliar la protección del patrimonio, por cambios en los proyectos de otras administraciones... Son muchas y variadas las razones por las que el Concello se ve abocado a cambiar el plan general, aprobado en 2013. Pese a que son varias las zonas en las que el Gobierno municipal ha prometido la modificación, aún no se ha hecho realidad. Entre ellas, San Vicente de Elviña, el Agra del Orzán o el Agra de San Amaro, esperan por una ordenación urbanística nueva que muestre a sus vecinos cómo será el futuro de sus barrios.

ESan Vicente de Elviña. Tres familias de San Vicente de Elviña viven pendientes de que Concello y el Ministerio de Fomento acuerden cómo se ampliará la avenida de Alfonso Molina para poder pensar en el futuro de sus viviendas. Y es que, desde que se derribara una casa en la zona en 2014, los residentes no han recuperado la tranquilidad. La idea del Gobierno local, confirmada hace justamente un año, era cambiar el plan general para excluir las cinco casas afectadas del ámbito de parque ofimático, al otro lado del vial, ya que el Gobierno central ya manifestó que descarta construir un viaducto para tráfico rodado que obligaría a demoler las construcciones. Además de eliminar esta situación, Fomento también aceptó, en reuniones con la Concejalía de Rexeneración, levantar una pasarela para peatones y bicicletas unos metros más adelante del núcleo para que no afectarle. Pero llegó la suspensión de las comunicaciones entre administraciones.

Así las cosas, en este mandato no se pasará de la intención al cambio del plan general, ya que, según las versiones oficiales, la futura ampliación de la arteria más importante de la ciudad paraliza cualquier modificación en el documento urbanístico en esta zona. Así se lo han repetido varias veces a los vecinos los representantes del Concello. El responsable municipal Xiao Varela advirtió, en diciembre de 2017, de la complejidad de la tramitación del cambio en el PGOM, que preveía iniciar a principios de este año. "No va a ser fácil; va a exigir trabajo y diálogo, porque hay una edificabilidad de un pequeño bloque que tiene que desaparecer y hay otros vecinos que tienen la edificabilidad en el otro lado de Alfonso Molina", añadía.

Ahora, el Gobierno local, en contestación a una pregunta escrita del grupo municipal del BNG, insiste en que la modificación del plan está "pendiente" de que Fomento entregue el proyecto de ampliación de Alfonso Molina al Concello ya que, añade, "condicionará de manera determinante los accesos" al nuevo polígono urbanístico y, por tanto, al ámbito completo. En el mismo documento, el Ejecutivo municipal afirma que pretende ratificar la supresión del viaducto para vehículos sobre el vial, la exclusión y futura ordenación de los terrenos situados entre la avenida principal y la de la Universidad y otras cuestiones que no especifica.

EAgra de San Amaro. Otro cambio urbanístico de gran calado que aún sigue pendiente es el del entorno de la Torre de Hércules. Desde Rexeneración Urbana mantienen que en la actualidad "no es posible" construir, porque la zona está pendiente de ordenación urbanística, pero alerta de que cualquier cambio que se haga deberá contemplar las consecuencias para la administración local que puede acarrear no cumplir los convenios firmados con los propietarios del suelo hace años. Fue en 1993 cuando el Ayuntamiento adquirió terrenos para construir el paseo marítimo a cambio de edificabilidad en el Agra de San Amaro, pero, cuando los dueños pretendieron construir, el Concello se lo negó. Comenzó ahí el goteo de denuncias en el juzgado que han dado la razón en varias ocasiones a los promotores y, por tanto, a que la administración local les indemnice por incumplir el convenio de permuta. La declaración del faro romano como Patrimonio de la Humanidad en 2009 y los menos de 500 metros entre el monumento y las futuras construcciones residenciales blinda el entorno.

El plan general, aprobado en 2013, elimina el polígono que ordenaba la edificación en la zona pero reconoce a los propietarios su derecho a construir y traslada los inmuebles a la cantera de Adormideras. Pero este Ejecutivo municipal, de Marea Atlántica, niega incluso que se vaya a contemplar esta opción. En septiembre de 2017 el propio alcalde y el concejal de Rexeneración Urbana se reunieron con los vecinos de barrio y les aseguraron este extremo, pero no ha habido avances en la tramitación urbanística. Primero, el Gobierno municipal apostaba por el cambio en el plan general, pero ahora anuncia que se está elaborando el plan especial para el ámbito de la Torre de Hércules.

Fuentes municipales no explican cuándo se llevará a pleno este documento pero su complejidad no hace prever que sea antes de mayo ni tampoco cómo se solucionará la conjunción entre los derechos urbanísticos de los propietarios del suelo con la protección del entorno del monumento reconocido a nivel internacional por la Unesco.

El Grupo Tau, que representa a los propietarios del Agra de San Amaro, hizo público en su página web el diseño del edificio que pretenden construir en Adormideras, que mantendría la rasante de la cantera como máxima elevación, para intentar no provocar impacto visual en el entorno de la Torre de Hércules. Así lo establece el actual plan general, que permite construir 37.171 metros cuadrados, en edificios de cinco plantas, con bajos destinados a uso terciario y los techos convertidos en cubierta transitable, al quedar a la altura del paseo marítimo. Los propietarios mantienen que el diseño "sigue vigente", pese a la intención manifestada por el Concello, aunque también se muestran abiertos a realizar una permuta, es decir, a que el Gobierno local les ofrezca terrenos en otra parte de la ciudad para compensarles. "Sigue en pie la oferta", manifestaron desde la empresa.

EAgra del Orzán. Otro caso arrastrado desde hace muchos años y que obliga a un cambio en el plan general es el llamado parque del Agra, una urbanización residencial que incluye un espacio verde que resolvería las carencias de un barrio altamente densificado. Esta misma semana hubo novedades con respecto a una sentencia que ha hecho replantear todo el polígono urbanístico. El objeto del problema: el solar ubicado entre la ronda de Nelle y la calle Gil Vicente que pertenecía a la orden de religiosas Adoratrices y que fue adquirido por el empresario coruñés Juan Carlos Rodríguez Cebrián a través de su empresa Dricar.

La ordenación prevista en la zona, plasmada en el plan general vigente, establecía que los propietarios aportaran terreno para el gran parque, pero Rodríguez Cebrián recurrió a los tribunales por entender que su suelo era urbano consolidado y, por tanto, no exigía la cesión del 10% que tienen los no consolidados. Los 3.163 metros cuadrados se incluyeron, por sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), entre los que se podían construir, pero el Concello le negó licencia de construcción hasta que se tramitara todo el conjunto del polígono. El empresario volvió a recurrir, pero en esta ocasión, el alto tribunal le dio la razón al Ayuntamiento y le obliga a esperar a que haya un cambio en el plan general para levantar el edificio con 90 viviendas.

El Gobierno local anuncia en este caso que ya está en marcha la modificación del documento urbanístico para encajar la sentencia y liberar "el mayor espacio posible" para área verde, pero, como en los casos anteriores, es ya imposible que esté aprobado para el final del mandato. Sin un plazo en el que remitir a la Consellería de Medio Ambiente el expediente, para su evaluación ambiental estratégica, Rexeneración Urbana defiende que el trabajo se amplía a la introducción de valores patrimoniales, como en Viaxe de Visma o el Camino del Pinar.

A la par que tramita este documento, la concejalía que dirige Xiao Varela también negocia con la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para que su trabajo, que se realiza en el edificio central del polígono, se traslade a otro lugar y mantener el emblemático inmueble para usos públicos.