Más de cien botes de spray de pintura sintética Montana 94 con acabado mate y secado rápido de distintos colores van a conseguir que se recupere el mural en honor a Urbano Lugrís de la plaza de Pontevedra, en uno de los muros del instituto Eusebio da Guarda. Afeado por pintadas y grafitis sin valor artístico desde pocos días después de su reproducción en ese lugar, hace casi dos años, la serigrafía Marineda Soñada se pone en manos de uno de los autores del mural, el grafitero Kse, quien desde el lunes por la tarde y hasta mañana terminará su recuperación, si la meteorología no lo impide.

El Ayuntamiento ha promovido la limpieza de la pared que muestra a los ciudadanos la obra de Lugrís, homenajeado en zonas próximas con otros murales pintados años antes, como en la calle Mantelería y en la plaza José Sellier. Kse, que había creado el mural junto a otro grafitero, Moby, cubrirá con spray las partes manchadas por las pintadas y los grafitis a ambos lados del portalón central de ese muro del instituto, el único espacio que no está desvirtuado, y a continuación repintará. “Pintaré por encima todo lo que había desde el principio, con los mismos colores en mate siguiendo los trazos, para tapar también el deterioro de la pared por culpa del clima y el paso del tiempo”, explica Kse.

El grafitero ha cubierto hoy con capas de aerosol las pintadas que desde hace dos años esconden diferentes detalles de la obra de Urbano Lugrís hasta la mitad del muro con letras de gran tamaño con rasgos gruesos y alguna firma aislada en color negro. Después Kse tendrá que repintar la obra hasta recuperar el mismo mural con el que el Eusebio da Guarda honró al artista. Y aprovechará la intervención para tapar desconchados de la pared y otros desperfectos inevitables que se han producido en este tiempo.

El mural de la plaza de Pontevedra forma parte del pequeño universo de Lugrís en la zona, formado por la coraza, el bar Borrazás y las calles San Andrés, Mantelería, Olmos y Estrella, que mantienen vivo el espíritu y el trabajo del pintor coruñés con reproducciones de sus obras que pueden ver todo el mundo. Su arte no ha sido inmune al vandalismo, un feísmo urbano al que ahora se pone solución con la recuperación de su Marineda Soñada.