Como Domenico Scarlatti, el también italiano Luigi Boccherini se quedó en España, al servicio de los reyes; aquí permanecieron ambos compositores hasta su muerte, y aquí se enamoraron de la música española; hasta el punto de que uno y otro nos han dejado un extraordinario legado de altísima calidad basado en elementos musicales hispanos, incluso danzas populares, como la tirana y el fandango. Ambos tipos de danza se hallan presentes en el acto musical que comentamos. Fue un precioso, refinado y elegante concierto que la acústica cristalina del Rosalía permitió apreciar en toda su calidad. El grupo mostró una notable capacidad para el balance de los cuatro instrumentos de arco con la guitarra, de sonoridad más reducida ésta, a pesar de que el tipo utilizado (la guitarra goyesca) tiene una potencia superior a los instrumentos convencionales de hoy en día y una belleza tímbrica notable. Para comenzar, el grupo interpretó el Cuarteto llamado La tirana española. Posteriormente, tocó dos quintetos con guitarra, los números 4 y 7. El séptimo, que se interpretó en primer lugar, es una hermosa pieza, sin duda; pero el cuarto, denominado Fandango, debido a que concluye con esta espléndida danza, desencadenó una enorme ovación y exclamaciones de entusiasmo. Fue una gran versión de un quinteto soberbio que culmina con esta preciosa página que además en algunos momentos la acompaña la violonchelista con unas castañuelas, lo cual le confiere un carácter, particularmente grato. El guitarrista, José Miguel Moreno, interpretó de manera excelente, una singular obra de Sor, Introducción y Variaciones sobre Mambrú, opus 28, basada en la célebre canción popular Mambrú se fue a la guerra.