Limpiar y cerrar sus heridas. Ese fue el objetivo que Miriam Rodríguez se marcó con Cicatrices, su primer trabajo discográfico, con el que se estrenaba como compositora hace apenas una semana. El álbum, en el que la coruñesa convierte en música sus "altos y bajos emocionales", lo presentará esta noche en el Playa Club (22.00 horas) como punto de partida de su Tour Contigo, que cerrará de nuevo en A Coruña con un concierto el 29 de junio en el Palacio de la Ópera.

- ¿Ha soltado lastre con este disco?

-Me tomé la responsabilidad de hacerlo. No con la necesidad de explicar nada, pero sí con la necesidad de hacer una catarsis y una autoterapia para quedar liberada de todo lo que me perseguía y de cosas que me habían pasado este año, en el que la vida me dio tantas vueltas.

-Sorprende, de una persona que se confiesa tan callada con su intimidad, que lo haya volcado todo en este trabajo.

-Es que soy una persona que me cuesta mucho exteriorizar lo que pienso? Hablo por los codos, pero sí que es cierto que de mis cosas no suelo hablar. Pero este disco es bastante intenso, está todo de mí ahí. Se ven perfectamente los altos y bajos reflejados en las canciones, pasa por todos los estados de ánimo.

-22 años no son muchos, ¿no es demasiado joven para tantos arañazos emocionales?

-Creo que nunca se es suficientemente grande o pequeño para contabilizar las cicatrices que tienes a lo largo de tu vida. Siendo joven te pueden pasar muchas cosas. Había unos cuantos miedos que me perseguían, y tenía la intención de curarlos con canciones, aunque las cicatrices muchas veces tampoco son malas. Son marcas que te hacen recordar muchas cosas.

-Me hablaba antes de altos y bajos ¿Cuánto de montaña rusa ha tenido construir este disco?

-Pues bastante, porque ya solo teniendo en cuenta que la gran mayoría de las canciones están escritas volando en aviones, en el AVE o en aeropuertos? Justo acabábamos de arrancar la gira de Operación Triunfo y, muchas veces, al terminar un bolo, subía a la habitación sin cenar a seguir componiendo porque tenía un deadline para entregar el disco que había que cumplir. Cuando tomas la responsabilidad de ser compositora, todo se hace complicado. Muchas veces estás con ánimo, pero otras estás cansada, y tienes que hacer el ejercicio de acostarte a las cuatro de la mañana porque estás haciendo la canción y no la puedes dejar a medias.

-Temas como Lo haremos bien parecen casi un modo de darse ánimos a usted misma en ese periodo de trabajo.

-Es que es un poco el aire fresco [se ríe]. Es tener fe en que al final todo va a salir adelante.

-En otras canciones, como Aquí estás , el tema de fondo es menos festivo.

-Sí. Fue la canción más difícil, no sabía todavía de qué manera lo iba a contar. De hecho, fue la última que terminé, porque no acababa de estar al 100% satisfecha. Sabía perfectamente de lo que quería hablar, pero se hizo complicado.

-El leitmotiv era el fallecimiento de su abuela. ¿Llegó a ver su paso por la academia?

-No llegó, y es la pena que a mí me quedó. Era una persona que tenía esa ambición por verme conseguir lo que había querido siempre, y no llegó a tiempo de ver absolutamente nada. Pero al final en la vida todo pasa por algo, y seguro que lo estará viendo desde algún sitio.

-Decía hace poco que quería que la gente se enamorase de Miriam Rodríguez, no de la Miriam televisiva. ¿Dejar de ser "Miriam la de OT " es la meta ahora?

-No es un objetivo, pero creo que es algo que sucederá con el paso del tiempo. No reniego en absoluto de haber sido concursante de un programa de televisión que me dio la oportunidad de llegar hasta aquí. Simplemente es que ahora es el momento de coger las riendas de la carrera discográfica, y de que la gente se enamore de lo que tú haces como compositora. Al final son etapas, se irá poniendo todo en su sitio.

-¿Y no le preocupa que la consecuencia de eso sea el olvido, como le ha ocurrido a tantos exconcursantes de ediciones pasadas?

-No, yo tengo confianza en lo que hago, y lo que tenga que ser será. Es innegable que acabamos de salir de un boom, pero creo firmemente que ese boom ya se acaba de pasar. Estamos en otra etapa diferente, de empezar a trabajar.