El picudo rojo ( rhynchophorus ferrugineus) es un escarabajo que coloniza las palmeras, sobre todo las de las especies canaria y datilera, que ha llegado a A Coruña cinco años después de que los primeros insectos se posasen por centenares en las palmeras de Galicia, en Gondomar (Pontevedra). La plaga en la ciudad, de momento, castiga a una palmera ubicada en terreno municipal, en una parcela vegetal de la avenida Alfonso Molina junto al desvío que permite a los coches continuar hacia la calle Federico Tapia o girar hacia A Falperra, y a otras cinco en suelo privado, según informó ayer la edil de Medio Ambiente, María García. El Concello reacciona ante esta invasión con un plan de acción preventivo y con la tala del ejemplar del suelo público; avanza también que tratará de llegar a acuerdos con los propietarios de los terrenos privados.

El picudo provoca síntomas que tardan un tiempo en advertirse, fundamentalmente la caída de las hojas, la pérdida de su color y el deterioro del penacho central de la palmera en las proximidades de la inserción en el tronco. Esta especie de escarabajo se desplaza con facilidad y puede volar más de tres kilómetros al día, por lo que es necesario frenar su expansión.

La prevención es la mejor táctica contra el picudo rojo, recomiendan los expertos. Por ello el Concello prevé realizar un inventario de palmeras privadas que complete al que ya ha hecho Medio Ambiente del arbolado municipal, con el que seguir un mejor control de los ejemplares de manera periódica. De este modo, si se descubren infecciones, se establecerá un perímetro de control de la palmera para proceder a su fumigación o atacar al picudo con nematodos o insecticidas y para definir medidas de acción correctivas con las que eliminar las partes afectadas de la palmera o talarla directamente para evitar una propagación mayor.

García lamenta que desde el pasado 1 de octubre el picudo está "desregularizado como plaga" y no se le aplica la cuarentena correspondiente. Esta decisión supone que los propietarios ya están obligados a tratar la invasión ni a aceptar las órdenes que procedan de la administración competente, en este caso la Xunta, sino que pueden actuar libremente. Medio Rural explica que a pesar de las medidas establecidas por una decisión de la Comisión Europea para evitar la introducción y propagación del picudo, las inspecciones en los estados de la UE indican que el organismo está actualmente "muy extendido en la mayor parte de la zona en peligro", por lo que "no es viable evitar que siga introduciéndose en el territorio de la Unión" y "procede derogar" la decisión reguladora.

Los expertos señalan que hay empresas que recurren a métodos fitosanitarios, endoterapia, cirugía o tratamiento con hongos para combatir el picudo, medidas cuyos precios son elevados, hasta varios cientos de euros, y que deben ser aplicadas de forma periódica.