Las licencias concedidas para realizar obras se mantuvieron el año pasado en cifras similares a 2016, con la mayor parte destinadas a trabajos de rehabilitación, que vuelve a cifras de 2002, antes de la crisis económica. En total, según los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), fueron 61 los permisos administrativos que se otorgaron durante todo 2017, solo tres menos que en el anterior, siendo 52 referidos a la renovación de inmuebles, también tres menos que en 2016. Desde la delegación coruñesa del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG), su presidente, Roberto Costas, confirma que es una tendencia clara en la profesión de los últimos ejercicios: "No solo nosotros, en general, este gran sector de la construcción está sobreviviendo gracias a la rehabilitación".

Tras los años más duros de la crisis inmobiliaria, entre 2009 y 2013, en los que se registraron entre ninguna y dos obras de renovación de viviendas, los últimos años han ido elevando la cifra hasta las 52 licencias de 2017, similares a las 56 de 2006 o a los 40 de 2004. Queda aún margen de recuperación para llegar a los 72 y 71 permisos que se otorgaban en los años 2000 y 2001, respectivamente, para este tipo de trabajos. Fueron el año pasado un total de 49 los edificios rehabilitados, 29 de ellos con demolición parcial previa a la obra y 20 sin demolición de ningún tipo. Tres de ellas se realizaron en locales y ninguno precisó del derribo completo del inmueble objeto de las labores.

Mientras la rehabilitación sigue siendo, según el representante de los arquitectos, "el único nicho de mercado" que queda en el sector de la construcción en la ciudad, la obra nueva sigue estancada. Solo el parque ofimático, apunta Costas, supone algo de trabajo para los profesionales y alguna que otra promoción muy puntual en la ciudad construida. "No es significativo", explica. El año pasado, muestran los datos del IGE, solo se concedieron nueve licencias para obra nueva, que superan en una a las otorgadas el año anterior. Del total, solo tres necesitaron la demolición previa de otro inmueble mientras que seis se levantaron en suelo anteriormente vacío.

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Pese a suponer una enorme descenso con respecto a los 184 permisos registrados por la entidad en el año 2000 o incluso las 100 de 2005 y ser una cifra muy pequeña, ya supone una subida con respecto a las cinco autorizaciones en 2014 o una sola que se registró en 2015 para nuevas construcciones. La mayor parte de estas cifras, desde hace más de quince años, responden a obra nueva en terrenos sin uso previo y pocas, en comparación al dato total, son trabajos tras demolición de estructura existente. Este dato confirma la paralización de nuevos polígonos residenciales, como el de San Pedro de Visma. Las cifras totales de permisos también repuntan en estos últimos años, sin llegar a los de principios de siglo, tras un frenazo que llegó a registrar la mitad de licencias que a día de hoy, con 30 en 2010 o 27, en 2012.

Respecto a otras ciudades gallegas, A Coruña se queda en segunda posición entre las que menos licencias recibió para construcción, después de Pontevedra, con solo 18 concedidas en todo el año 2017. En el primer puesto está Ourense, que registró 143, seguida de Lugo, con 113. Vigo, con 87 y Santiago, con 81, se quedan en los puestos medios del ranking. En lo tocante a obra nueva, las ciudades de Pontevedra y Ourense solo registraron labores en siete edificios y, al margen de las nueve de A Coruña, Vigo, Santiago y Lugo, con 43, 41 y 40, mantienen en alza las autorizaciones para la construcción de nuevas viviendas.

La rehabilitación vive, según los datos del Instituto Galego de Estatística, un gran momento con Ourense, con 129 licencias otorgadas el año pasado y la siguiente cifra más alta la consigue Lugo, con 69. Después de los 52 permisos de A Coruña, Santiago y Vigo, con 39 y 38, pierden fuelle en la renovación de inmuebles que, probablemente por un mayor impulso en años pasados, toca fondo con las 11 licencias de Pontevedra.