La Fiscalía pide 17 años de prisión y ocho más de libertad vigilada para un usuario del albergue de Padre Rubinos que mató a otro durante una discusión, al asestarle una puñalada en el pecho. El lunes está previsto el inicio del juicio en la Audiencia Provincial por los hechos, que ocurrieron el 8 enero de este año.

El escrito de acusación relata que, a las cuatro de la tarde de aquel día, acusado y víctima se encontraban en el exterior del nuevo albergue del Instituto Benéfico Social Padre Rubinos, en la ronda de Outeiro. El primero, sostiene el fiscal, "con la intención de acabar con la vida" del otro, "o cuando menos asumiendo que con su conducta le produciría la muerte de forma muy probable, sacó de su cazadora un arma blanca con doble filo y le asestó una puñalada en el pecho" al segundo.

Según las conclusiones del Ministerio público, el ataque fue "sorpresivo" y la víctima "no tuvo oportunidad de defenderse". Falleció "poco después" a causa de la puñalada, que le alcanzó el corazón. Tenía 43 años y tres hijos menores.

A la hora de solicitar la pena, el fiscal tiene en cuenta la atenuante de alteración psíquica. En este sentido, el escrito de acusación señala que, en el momento de los hechos, "el agresor padecía un trastorno mixto de personalidad con rasgos disociales y de inestabilidad emocional, lo que unido a un consumo crónico de alcohol y otras sustancias hacía que tuviera levemente disminuidas sus funciones psíquicas superiores (capacidad de autocontrol)".

Para el Ministerio público, procede imponer al acusado 17 años de prisión, además de ocho años de libertad vigilada. Además, en cuanto a la responsabilidad civil, la Fiscalía reclama indemnizaciones para los familiares de la víctima: 99.496 euros para cada uno de sus tres hijos menores, 44.220 euros para sus padres y 16.582 euros para cada uno de sus seis hermanos.

Fugado a Os Castros

La agresión fue a las cuatro de la tarde y el sospechoso fue detenido pasada la medianoche en un edificio de la avenida de Oza, el número 144, donde se ocultó para dormir. Agentes de la Policía Local lo identificaron tras ser alertados por un vecino del inmueble. Este había observado primero cómo un hombre accedía al edificio de Os Castros. Después escuchó ruidos en las escaleras. Por tranquilidad, decidió alertar a los funcionarios para que echasen un ojo porque la actitud del individuo le pareció extraña. Lo localizaron en la planta superior tumbado para dormir y, al llegar los policías, manifestó a los agentes que sabía que era por el incidente en el albergue. La dirección del centro para personas sin hogar afirmó en aquel momento que acusado y víctima tenían "rencillas" previas y que lo esperó tras unos árboles para atacarlo.