Los expertos las bautizaron como Proceso sin proceso y son aquellas áreas que están urbanizadas, es decir, tienen suministros, calles, señales de tráfico y farolas, pero no tienen lo más importante: edificios. Suelen coincidir con bolsas de suelo grandes y cuyo desarrollo comenzó hace poco tiempo. Nuevas áreas que quedaron finalmente vacías y algunas, incluso, abandonadas. Uno de los casos más evidentes es el polígono empresarial de Vío, a continuación del de Pocomaco, en la ladera de una montaña. Un lugar que, teniendo en cuenta la ocupación del polígono cercano, preveía ser un éxito. Pero quedó en nada. Solo una nave, de Caramelo, fue construida y tuvo uso durante un tiempo, pero ahora permanece cerrada. El resto, son cientos y cientos de metros cuadrados de parcelas llenas de maleza y otros tantos cientos de metros cuadrados de carreteras, con sus correspondientes señales horizontales y verticales. Los terrenos del Ministerio de Defensa en A Maestranza, destinados a construcción de vivienda desde los años 80 y aún sin urbanizar, son otro ejemplo de este tipo y también algunas urbanizaciones de A Zapateira, partes de Urbanización Soto o Someso. En total, 149 casos identificados.