La Caracola ha vuelto a su sitio, a punta Herminia, como un elemento más del parque escultórico de la Torre de Hércules. Un hueco que ha permanecido vacío durante casi un año, desde que la pieza original, obra de Moncho Amigo, fue dañada por el fuerte oleaje durante un temporal el pasado mes de enero. "La volvemos a colocar en el momento oportuno. Ha sido un día precioso y ha quedado perfecta", expone Moncho Amigo, que ha supervisado el trabajo de fabricación de la réplica en el taller Cimbra Contracts. "Yo les decía que si un centímetro más a la izquierda o a la derecha. Quedó muy bonita", apunta.

La nueva obra fue colocada ayer, un proceso que duró más de cuatro horas y en el que estuvo presente el diseñador de la misma. Moncho Amigo apenas nota diferencias con la pieza original. "La única, la base, que esta vez es una sujeción metálica y no de hormigón", explica, y añade que le gusta tanto "o más" que antes. Además, la pieza ha sido fabricada con "materiales de mejor calidad" para que aguante los embates del mar y los efectos del salitre. "Así en vez de 24 años, como esta vez, podrá estar en punta Herminia más de 30. Eso espero", confiesa.

El color de la pieza, que pesa más de 3.500 kilos y ha tenido un coste de 36.938 euros para el Concello, irá cambiando durante los próximos días. Así lo detalla su diseñador: "En cuanto pasen tres o cuatro días, se pondrá mas rojiza. El óxido empezará a sangrar". No duda que será un buen momento para coger la cámara de fotos e inmortalizar la evolución de la Caracola. "Ya lo hice con la otra pieza", añade.

El momento de colocar de nuevo la obra en punta Herminia fue "especial" para Moncho Amigo. No solo por devolver la Caracola a su sitio sino también por recordar un proceso iniciado hace más de dos décadas. "Por eso hemos querido hacer una cápsula del tiempo", dice. Se trata de una "botella de plástico" en la que ha introducido los "planos" de la obra, un trozo de la antigua Caracola y "firmas" de las personas implicados en el proyecto, como él mismo o "un amigo que hace 35 años que no veía". "Hemos dejado la botella en el hormigón para que se recupere dentro de muchos años", aclara.

Moncho Amigo asegura que así empieza "una nueva etapa" que le ha permitido ilusionarse durante el último año. En su recuerdo, y en su casa, también quedará la pieza original. "La Caracola se encuentra en los almacenes del Ayuntamiento pero ahora que ya está la otra en punta Herminia, así que se desharán de ella. Yo me he quedado con pequeños trozos de hierro. ", desvela. La reparación de esta obra se descartó porque tendría un mayor coste que la fabricación de una nueva, como finalmente se hizo.