"Tiene mucho mérito viendo las otras candidaturas que había", comenta Raquel Olveira, presidenta de la asociación de vecinos de As Atochas-Monte Alto, sobre la decisión del Foro Cívico de conceder a esta entidad el II Premio Marcelino Liste. Según afirma, la existencia de competidores tan destacados "hace más felices" a los miembros del colectivo, para quienes el galardón supone la "oportunidad de reconocer el trabajo realizado durante estos años". La asociación recibirá el premio hoy a las 21.30 horas en el hotel Meliá María Pita.

Para la actual responsable de la asociación, el trabajo durante los últimos 41 años "fue inmenso", ya que recuerda que la Ciudad Deportiva de A Torre "es hoy un espacio público gracias al trabajo de los vecinos y la asociación", a lo que añade que antes de que el Concello tuviese escuelas infantiles y bibliotecas, la asociación gestionaba las suyas. La lucha para la conservación del asilo de Adelaida Muro y la desaparición de los arcones de Orillamar fueron otras reivindicaciones lideradas por la entidad en el pasado, aunque Olveira reconoce que la actividad continúa porque "siempre hay cosas que solucionar".

Entre los problemas de hoy en día, la presidenta cita el de la movilidad, que considera "de difícil solución en el barrio" a la vista de situaciones como el atasco del pasado lunes por el bloqueo de los túneles de María Pita y la Marina, ya que cuando quedan cerrados esos viales o el paseo marítimo los vecinos de Monte Alto quedan "encerrados" por la ubicación del barrio al fondo de la península coruñesa.

También Alberte Fernández, expresidente de la asociación, estima que la movilidad es un "tema pendiente" en Monte Alto, donde además "habría que estudiar que el barrio no puede quedar incomunicado si pasa alguna cosa como el Mar Egeo". En su opinión, la actividad de este colectivo "es algo que los vecinos siempre valoran" y menciona entre sus últimos logros la extensión de la línea de bus 17 hasta el Materno Infantil, que para él "evidencia que el trabajo de la asociación dio sus frutos".

Pero, además, la reivindicación no ha sido el único ámbito de trabajo de la entidad, que en sus inicios organizó actividades como la carrera pedestre por la Torre, fiestas, iniciativas culturales y de defensa del idioma gallego, así como la gestión de la biblioteca, que para Fernández "fue un punto clave".

La presencia en el barrio de numerosos colectivos sociales y culturales, entre los que destaca al Club del Mar, ha favorecido la labor de la asociación de vecinos durante estos años, según el expresidente, ya que si estuviera localizada en un barrio con menos vida social "sería muy difícil" implicar a los residentes. También destaca Fernández que, a pesar de las posibilidades que hoy permiten las redes sociales para informar al barrio, cuando surgen determinados problemas "aún hay que patear la calle".