El avión y el tren, Alvedro y San Cristóbal, se han dado la mano esta semana en un debate de expertos organizado en el Sporting Club Casino que profundizó en las previsiones sobre el impacto que tendrá en el aeropuerto la llegada del AVE a Galicia, y en particular a A Coruña. Aunque los participantes estiman que hasta 2021 la alta velocidad no tendría una repercusión relevante en la ciudad y hasta unos cinco años después no sería competitiva, como señaló el ingeniero y especialista ferroviario Xosé Carlos Fernández Díaz, coincidieron en proponer que Alvedro diversifique su oferta de vuelos.

Xosé Ramón Nóvoa, de la Plataforma Alvedro Vuela más alto, no cree que los servicios que preste el AVE -la última previsión sobre su llegada se fecha en 2020- vayan a suponer "una caída brutal" de la demanda del aeropuerto. "Alvedro tiene rutas con muchos enlaces, sin que Madrid o Barcelona sean destinos únicos, por lo que a estos aeropuertos se va a seguir viajando", explica.

Aunque la terminal coruñesa perdiese pasajeros en una de sus principales rutas, como Madrid, Nóvoa cree que más afectación tendrán en el futuro las de Santiago y Vigo, que tienen más cerca la primera estación gallega, la de Ourense, a la que llegará el AVE para acortar los desplazamientos a la meseta. "Si Alvedro llegase a perder un 40% de pasaje en tres o cuatro años, el desarrollo de otras rutas le permitiría seguir llegando al millón de viajeros", augura.

Hasta el pasado noviembre, Madrid concentra el 52,5% del pasaje que pasa por Alvedro, con más de 596.000 viajeros. El año pasado lo cerró acaparando el 54% del total, que contrasta con el 68% en 2005.

París, Fráncfort y Estambul deberían ser las rutas de una posible nueva oferta a la que, según los expertos, apunte Alvedro. Málaga y Alicante serían los destinos nacionales más apetecibles. El último en sumarse ha sido Bilbao, dado que la compañía Volotea operará dos vuelos semanales a partir de abril.