Si uno conduce por la ciudad puede encontrarse en trece zonas con las señales que indican que se trata de un tramo en el que no se deben sobrepasar los 30 kilómetros por hora. Una medida que los vecinos aprueban, pues hace que los barrios sean más seguros y accesibles. Sin embargo, muchos aseguran que estos límites no se respetan. "Es una utopía. Que un conductor vaya a 30 es dificilísimo, incluso en los caminos más estrechos", expone el presidente de la asociación de vecinos de Feáns, José Ramón Cernadas, que asegura que por su barrio los coche van "súper acelerados".

Esta situación se repite en muchas zonas de la ciudad. En O Ventorrillo se han producido accidentes por este motivo en las últimas semana, lo que preocupa a sus vecinos. "La experiencia en nuestro barrio es que los vehículos van a más velocidad de la permitida y, como consecuencia, suceden estos atropellos", explica el representante vecinal, José Ángel Souto. Defiende, además, que si "no se respetan las normas", los perjudicados son los ciudadanos. En Os Mallos y Os Castros detectan los mismos problemas. "Son zonas que deberían estar más controladas", reconoce el presidente de la asociación de vecinos de Os Castros, Paulo Sexto, quien revela que se solicitaron "bandas rugosas para evitar excesos de velocidad". También cuentan con una zona de 30 kilómetros por hora pero asegura que debería "extenderse" a todo el barrio. "En las calles Merced y Posse se necesita ese límite porque los coches van ahora a una velocidad excesiva y no puede ser", opina. Sexto comenta que estas medidas ayudan a "prevenir accidentes o atropellos", por lo que deben implantarse "cuanto antes" en todas las calles en las que sea posible.

La portavoz de los vecinos de Os Mallos, Aida Antón, apunta que "no todo el mundo" respeta estos límites, igual que "tampoco se respeta que no se puede aparcar en doble fila". La presidenta de la asociación vecinal declara que como "plan" para mejorar la movilidad "está bien" pero "no se consigue el objetivo". Para mejorarlo propone "más control". Los vecinos del resto de barrios opinan lo mismo. "Tendrían que tener policías de paisano o instalar radares para multar. Es la única manera de que los conductores respeten estos límites", dice Cernadas.

El portavoz de la entidad vecinal de Os Castros también apoya que se tramiten "más sanciones" para que disminuya la velocidad en ciertos tramos, sobre todo en los que hay más transito de peatones. "A lo mejor también deberían ponerse más señales verticales", propone.

Los vecinos de Os Mallos y O Ventorrillo, en cambio, apelan a la "responsabilidad" de los conductores. "Creo que hay que hacer más controles pero no multas, porque eso despierta susceptibilidad", indica Aida Antón, quien entiende que la "única forma de conseguir que estas limitaciones funcionen es con vigilancia". Su compañero José Ángel Souto añade que la "solución siempre es la responsabilidad de la gente". "Lo ideal sería que los conductores fuesen conscientes de la importancia que tiene seguir las normas y respetar los límites.