El parque escultórico de la Torre de Hércules recuperó el martes pasado la Caracola de punta HerminiaCaracola Caracolapunta Herminia, la simbólica pieza de Moncho Amigo castigada por el oleaje a comienzos de año durante un fuerte temporal invernal, que tuvo que ser retirada. Una réplica de la obra supervisada por el autor vuelve a presidir el saliente costero con una sujeción metálica más resistente que la de hormigón original. Pero la Caracola Caracolano ha sido la única escultura del entorno que en los últimos años ha sufrido daños: un modelo más escondido, resguardado por las rocas de la Furna dos Touciños, Espinoso, cayó al mar en 2008 después de recibir numerosas pedradas desde el acantilado y su autor, Enrique Saavedra Chicheri, propone su recuperación. De momento ha recibido una respuesta inconcreta, pues el Concello no le ha dicho que sí ni que no.

Cuando las olas dañaron la Caracola Caracolahace casi un año el alcalde, Xulio Ferreiro, aseguró unos días después que la obra sería arreglada, aunque dejaba sin aclarar el modo de financiación. En julio el Gobierno local sacó a concurso la construcción de la réplica exacta de la escultura, con un contrato de casi 40.000 euros. El 11 de diciembre la pieza regresó a su sitio original tras una instalación de cuatro horas.

Con Espinoso, una reproducción de acero inoxidable con forma de espina de pez, no hay pasos definidos. En febrero de 2017, nueve años después de que la estructura se descolgase, Saavedra propuso por primera vez al Concello la posibilidad de recuperar la obra. En los meses siguientes trató el asunto con técnicos de Rexeneración Urbana y el pasado octubre con el edil de Culturas, José Manuel Sande. Pero la voluntad del Gobierno municipal no es clara. "Me han dicho que se puede hacer algo en el futuro o que ya se retomará más adelante. Pero nada concreto. Yo propongo hacerla de nuevo con refuerzo más grueso", comenta el escultor. El Concello tampoco ha respondido a la consulta de este periódico por su intención sobre el proyecto.

Saavedra, autor también del Monumento al voyeur de Arteixo y el Delfín de Ézaro, aplaude la recuperación de la Caracola, para la que pide el acompañamiento de su Espinoso: "Es maravilloso poder tener de nuevo la obra de Moncho Amigo, pero no entiendo por qué no se puede retomar la mía. La Caracola Caracolaes un símbolo pero cada día me sorprende alguien que me dice que conoce también Espinoso".

Demarcación de Costas encargó la obra a Saavedra y le dio libertad para escoger el emplazamiento. "Es un diseño en equilibrio, con escaso apoyo, de unos 600 kilos y sujeto por anclajes, que necesitó una grúa enorme para una instalación difícil", recuerda. Las pedradas que en los años siguientes recibió la pieza acabaron por abollarla hasta que perdió las sujeciones y cayó al mar, donde continúa.