Los vecinos denuncian la falta de atención por parte del Gobierno local, pero no solo a la hora de ejecutar obra pública, sino también en el mantenimiento del patrimonio construido en el barrio. El presidente vecinal explica que el actual plan general no permite construir en la zona por lo que considera que se debería hacer un esfuerzo por impulsar la rehabilitación de los edificios abandonados y antiguos que hay en el barrio, que cifra en un centenar. Y es que destaca que son muchos los interesados por mudarse al núcleo rural pero no encuentran una oferta adecuada: "Viene mucha gente a preguntar por las casas pero los precios son muy altos y no están rehabilitadas". Según Conde, muchos propietarios llegan a pedir 70.000 euros por una vivienda unifamiliar de 40 metros cuadrados que precisa de cambio de tejado y reforma completa en su interior. Por eso pide que se ayude la rehabilitación y, por tanto, a la llegada de nuevos vecinos.

Para poder atraer a más personas al barrio, los residentes piden una plaza con una zona de esparcimiento y de ocio infantil. Una idea que tienen en mente en una finca ubicada en el centro del núcleo. Ante la falta de fondos municipales, Conde no descarta pedir la inversión a Repsol, por la cercanía del barrio con la refinería.