El Concello anunció que destinará 15,1 millones del superávit de 2017 a amortizar deuda y descarta así dedicar la cantidad a realizar obras en distintas partes de la ciudad. La normativa estatal impide que el Ayuntamiento desarrolle inversiones con el remanente si no se cumple el plazo medio de pago a proveedores, que se establece en 30 días. La concejala de Facenda, Eugenia Vieito, desveló que la cifra correspondiente al mes de noviembres es de 32,76 por lo que, tal como dicta la legislación, se gastará el superávit en reducir el endeudamiento. La edil explicó igualmente que las actuaciones “más urgentes” que se iban a abordar en las llamadas inversiones financieramente sostenibles (IFS) se podrán ejecutar “con cargo a los presupuestos del año que viene”. Destacó también que el Concello acaba el año con una deuda viva de 43,9 millones lo que supone, dice, la mitad de la que se registraba en junio de 2015.

El grupo municipal del PSOE lamentó ayer el incumplimiento del pago de facturas a proveedores y la portavoz, Yoya Neira, criticó que se hubieran enterado a través de los medios de comunicación. Califica la imposibilidad de invertirlo en los barrios de “auténtico fracaso”.