Una comunidad de insectos que se ve sorprendida por la aparición de una mosca azul. Un ser diferente que pone su mundo patas arriba. Así es Ovo, el espectáculo que el Circo del Sol estrenó ayer en el Coliseum. Saltos imposibles, acrobacias y un toque cómico que dejaron con la boca abierta a los asistentes. Habrá otras 13 oportunidades para ver este show en la ciudad hasta el domingo 30 de diciembre.
Pero Ovo no solo es lo que se ve sobre el escenario. Detrás hay casi 200 personas que trabajan para que todo salga a la perfección. Los artistas ensayan diariamente, se preparan en el gimnasio y comparten sus ratos libres viendo vídeos de otras funciones para corregir errores. Cuentan con catering propio, servicio de lavandería -"llevamos nuestras lavadoras y secadoras a todas las ciudades", indica un trabajador-, vestuario y una zona de calentamiento.
Para el francés Kilian Mongey, uno de los grillos del espectáculo, es la "primera actuación en España". A sus 24 años, lleva tres girando con el Circo del Sol y asegura que ya sus compañeros ya se han convertido en su "familia". "Es un sueño de niño. Estoy muy feliz", confiesa.
Los artistas se convierten en insectos no solo a través de sus movimientos sino también del vestuario. Trajes de colores con materiales elásticos para que lo asistentes se sientan entre la naturaleza. Del vestuario se encarga la española Mar González. Más de mil piezas que tienen una vida útil de seis meses. "Se desgastan mucho y hay que estar continuamente arreglándolos", expone.
Horas y horas de trabajo que se ven reflejadas en 90 minutos de espectáculo. ¿El premio? El aplauso de los presentes, maravillados por la magia que crea el Circo del Sol en cada función. Hoy habrá doble sesión, a las 17.30 y 21.00 horas, y mañana repetirá a las 16.30 y 20.00 horas. Ovo hará un parón en Nochebuena y Navidad para continuar desde el miércoles 26 de diciembre hasta el domingo 30.
