"Hay que dar visibilidad al papel de la mujer en el mundo laboral". En eso coinciden la directora financiera de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ana José Varela; la investigadora científica Marisol Soengas; la directora técnica de la Orquestra Vigo 430, Andrea González; y la profesora de Sociología en la Universidade da Coruña Matilde Massó. Las cuatro participaron ayer en la Fundación Barrié en un debate cuyo objetivo era mostrar las barreras que encuentra la mujer en el siglo XXI y cómo derribarlas.

En cuanto se situaron ante el micrófono, las cuatro ponentes coincidieron en que algún momento de su trayectoria laboral habían sufrido un episodio machista. Sin ir más lejos, a Soengas le ocurrió hace solo unos meses, cuando viajaba por trabajo a Estados Unidos. "En la aduana, una chica joven, de unos 25 años, me preguntó que quién era mi jefe. Insistí en que yo era la coordinadora del grupo, pero continuó con la misma pregunta", comentó.

Se trata tan solo de un ejemplo que muestra las desigualdades a las que tienen que hacer frente las mujeres a pesar de vivir en una sociedad avanzada. Y ocurre, además, en cualquier ámbito. Marisol Soengas, que es jefa del grupo de melanoma en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, apuntó que el problema son "los estereotipos, la conciliación, la falta de apoyo y la inseguridad de liderazgo". Un cúmulo de circunstancias que hacen que, por lo general, a las mujeres "se les paga menos, se promocionan menos y se les asignan menos proyectos". Comparte su opinión Ana José Varela, que forma parte del sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). "Hay que derribar barreras socioculturales como que las mujeres tienen que encargarse de las tareas domésticas. Es un tiempo que se resta del trabajo y la formación", analizó, a la vez que instó a las empresas a conocer "los beneficios que hay al incorporar mujeres" a su plantilla.

Un estudio similar ha hecho la fundadora y directora del Festival Ikfem. Andrea González aseguró que la desigualdad también está presente en la música. Para demostrarlo, tiró de las estadísticas de la plataforma Ticketea: "En los veinte festivales celebrados el año pasado en España, solo un 15% correspondía a grupos o cantantes femeninas. Sin embargo, más de la mitad de las personas que compraron entradas fueron mujeres". Unos datos que impresionaron a los presentes en el salón de actos de la Fundación Barrié. Desde los siete años ha estado vinculada a la música y en ese tiempo "poco" ha escuchado hablar de mujeres artistas, dejando todo el protagonismo a los compositores masculinos.

Sin embargo, todavía hay noticias que permiten pensar que el cambio está cerca. "El Primavera Sound ha anunciado que su cartel de 2019 será paritario, por lo que el cartel estará formado por el mismo número de hombres que de mujeres", anunció con un tono optimista. La directora técnica de la Orquestra Vigo 430 entiende que ese "es el camino a seguir" y que hay que "emprender proyectos en esta dirección". "Juntas somos más fuertes y será más fácil llegar más lejos", resumió.

Matilde Massó, miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Española de Sociología, también manifestó haber notado un cambio "desde 2010". "Las cosas han mejorado pero todavía queda mucho. Hay muy pocas mujeres en puestos de responsabilidad", reconoció. Esta profesora definió el "techo de cristal" con el que se encuentran las mujeres como "barreras invisibles, culturales y administrativas" que les impiden escalar en su pirámide laboral. "Esto es por los roles de género, los tiempos de trabajo y la libre disposición", aclaró.

Y la solución, como también defendieron algunas de sus compañeras, son "las políticas de acción". Lo que también se conoce como discriminación positiva, algo que ha sido criticado por algunos sectores. Marisol Soengas, sin embargo, recordó que estos métodos "son necesarios" y que la mujer en todo momento debe "demostrar que vale para el trabajo". "Esas políticas no aseguran el éxito", dijo.

Los problemas, por tanto, están detectados pero se necesita "tomar partido", según Marisol Soengas, para avanzar y dar a la mujer un rol determinante en el mundo laboral, en el que todavía quedan episodios machistas. Una situación que, quizá, se ha visto agravada por la aparición de las redes sociales, cada vez más presentes en el día a día. "Los comportamientos machistas siempre han existido pero quizá se visibilizan más a través de Instagram o Twitter. Quizá no estamos formando bien a los menores para controlar estas aplicaciones ya que por lo que veo las redes sociales expanden todo tipo de comportamiento, ya sean positivos o negativos", analizó Massó, dando pie a un nuevo debate sobre cómo gestionar las nuevas tecnologías.