Para los autores de Porsuporto, el paso del tiempo exige soluciones diferentes para la fachada marítima, según explica José Manuel Sánchez Vizcaíno, uno de los miembros del equipo redactor, por lo que optaron por no ofrecer un planteamiento único para todo el ámbito ni en el mismo momento. "Es más una sugerencia que se puede definir con el tiempo que una propuesta técnica", aclara Vizcaíno, quien añade que además intenta "quedar abierta".

Según detalla, "hay cosas que simplemente con un acuerdo entre administraciones generarían ventajas para la ciudad", como la apertura de huecos en el cierre del puerto, de los que dice que no tendrían casi coste y se aplicarían en una fase inicial. La participación ciudadana es además una de las "líneas estratégicas" de la propuesta, que "dibuja un escenario para que pueda ser debatida por el mayor número de gente posible y de todos los sectores implicados".

La iniciativa incluye la construcción de viviendas en San Diego, pero de forma "residual" y para completar el uso de los terrenos para proyectos empresariales y de investigación. "Pero sin ser exclusivo, de forma que a las ocho de la tarde no se quede vacío", explica este arquitecto, quien añade que la intención del equipo es que fueran viviendas de cooperativas o públicas y que además se levantarían en el plano de veinte a treinta años porque estima que hoy no se necesitan.

Vizcaíno cree sencillo aplicar ya propuestas como el uso ciudadano del aparcamiento de la lonja los fines de semana o del muelle de trasatlánticos cuando no haya barcos, mientras que el traslado de la lonja al muelle del Este tan solo se plantea en el plazo de veinte años para evitar que rompa "la continuidad del espacio público en el antiguo puerto" y propone que mientras siga en su emplazamiento pueda ser visitada por la ciudadanía.