La industria láctea y la depuración de aguas confluyen en Bialac, un proyecto liderado por Emalcsa junto a la Universidade da Coruña (UDC) que transforma residuos en recursos y convierte los costes en ingresos. Su esencia, apoyada en el modelo de economía circular y en los principios de eficiencia y conservación medioambiental, es el aprovechamiento de suero lácteo y de lodos urbanos generados por las depuradoras de agua. Combinados y tratados ambos, se transforman en un nuevo producto biomaterial: bioplásticos que aportarán nuevas soluciones para la industria alimentaria mediante la creación de envoltorios, envases y paquetes con los que proteger y conservar los productos de alimentación.

"Sustituimos una base que es el petróleo, de donde provienen los plásticos, por otra base que es la materia orgánica, aportada por dos residuos de ámbitos distintos: un subproducto de la elaboración del queso, que es el suero lácteo, y los lodos que generan las depuradoras en los procesos de tratamiento del agua residual urbana. Uno y otros nos proporcionan gran cantidad de materia orgánica que podríamos transformar", resume Ricardo Vázquez, responsable de Innovación de Emalcsa.

Así se explica Bialac, desarrollado a través de un consorcio de cuatro empresas (Emalcsa, Abakal Ingenieros Consultores, Innolact y Ecoplas) con los grupos de investigación de la UDC. El proyecto, que en su origen tuvo un presupuesto de un millón de euros, fue seleccionado en el programa Conecta Peme 2018 y cuenta con el apoyo de la Agencia Galega de Innovación y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).

Bialac está ahora en el paso de "transformar la escala laboratorio a escala preindustrial", señala Vázquez. Tras dos años de ensayos químicos y trabajos como la caracterización de lodos o la implementación de bacterias para desarrollar los ácidos grasos que luego se transforman en plásticos, hay que "pasar a planta". El proyecto consiste en diseñar y construir dos plantas piloto, una en una lechería, otra en la Empresa de Depuración de Aguas Residuales (EDAR) de Bens, para desarrollar el proceso biológico de la materia orgánica de características "convergentes y sinérgicas" -el suero lácteo y los lodos urbanos- y obtener productos destinados a la generación de bioplásticos. "Este cambio de escala es un paso de gran complejidad, el que tiene más riesgos", apunta el responsable de Innovación de Emalcsa.

La implantación definitiva del proyecto lo convertiría en único en Galicia, ya que, según informa Ricardo Vázquez, procesos científicos similares se han llevado a cabo sobre todo en Holanda, muy pocos en España.