Carrozas y trenes llenas de pequeños gnomos con sus correspondientes gorros, en distintos colores según el vehículo, nutrieron ayer buena parte del colorido desfile que acompañó a los Reyes Magos de Oriente desde el Palacio de los Deportes hasta la plaza de María Pita. Niños vestidos al estilo de Papá Noel o pajes contribuyeron a la diversidad del vestuario entre los más pequeños. Las compañías artísticas que desfilaron entre las carrozas pusieron la nota de fantasía a la cabalgata. Desde unos zancudos con una concha de caracol con números romanos a la espalda hasta etéreas figuras que emulan seres de la Luna o los artistas circenses que circulaban en monociclo recorrieron la ciudad junto a los Reyes.