En la depuradora de Bens las llaman "ovejas", aunque poco tienen que ver con el corderito blanco de las botellas de suavizante. Son bolas de residuos tirados a los retretes en lugar de a los cubos de basura y que se juntan en las alcantarillas. En ocasiones, consiguen llegar hasta las instalaciones y, en otras, se quedan atascadas en el subsuelo, impidiendo el funcionamiento de las arterias de la ciudad.

Fuentes de la depuradora explican que una de estas masas compuesta de toallitas, compresas, preservativos, aceites, tampones y otros residuos que no fueron desechados correctamente por los ciudadanos llegó a las instalaciones y que ha tenido que ser retirada para evitar que se colapsasen la planta y la red. Pesaba más de media tonelada y medía más de cuatro metros.

Las llaman "ovejas" pero también "monstruos de las alcantarillas" porque es ahí donde se forman y donde se van uniendo componentes hasta crear bolas gigantescas de fibras, entre otros elementos. Cada vez, según explican fuentes de Bens, la aparición de estas masas es más frecuente en las "ciudades de los países desarrollados" por el "uso incorrecto de la red sanitaria" que hacen sus habitantes.

En la depuradora coruñesa se generan 2.500 kilos de fibras cada día, según explicó ayer el director general de la planta, Carlos Lamora, a este diario. "Esto se debe a un mal uso de los servicios. Una parte de la población utiliza el inodoro como papelera y echa los pañales y los salvaslip en el retrete, en vez de en el cubo de residuos sólidos urbanos. Esas fibras se van depositando en las redes de saneamiento y se forman madejas y, cuando hay variaciones de caudal, nos llegan a la depuradora y generan problemas porque tenemos que sacarlas para poder tratar la materia orgánica, que es lo que hacemos en la depuradora", relató ayer a este diario Lamora, que especifica que la planta tiene dispositivos para eliminar "la materia flotante", pero no una masa tan grande de residuos.

"Llevamos mucho tiempo advirtiendo de las nefastas consecuencias de arrojar por el retrete restos de comida, aceite y, sobre todo toallitas desechables y otros productos como compresas, tampones, preservativos, bastoncillos de los oídos y objetos similares", comenta Lamora a través de un comunicado.

Explica, además, que con la ausencia de lluvias de estos días, "no hubiera sido extraño" que esta "oveja" se hubiese atascado "en algún punto de la red de alcantarillado" y que hubiese provocado "un colapso en la red sanitaria", como y ocurrió durante el año pasado en Oleiros y en Matogrande.

"Extraer estos monstruos de las alcantarillas ocasionados por el comportamiento irresponsable de una parte de la población provoca un mal funcionamiento de los servicios públicos y unos sobrecostes que pagamos todos", añade el director general de la depuradora.

Desde la estación de Bens indican que es necesario hacer un buen uso de la red sanitaria, así como mantener las calles limpias para evitar que entren en las alcantarillas materiales que puedan formar masas que impidan el buen funcionamiento de la planta, que presta servicio a los concellos de A Coruña, Arteixo, Cambre, Culleredo y Oleiros.