A comienzos de 2009 el polígono empresarial de Vío estaba a punto de terminarse, pero no disponía de accesos propios, de forma que la única forma de llegar al mismo era a través del vecino Pocomaco. Tras la reciente experiencia sufrida en A Grela con la apertura de Dolce Vita, los empresarios dieron la voz de alarma y advirtieron que Pocomaco podía colapsarse aún más si todo el tráfico hacía Vío pasaba por sus viales.

El colectivo empresarial de este parque instó a las autoridades a que aceleraran los trámites para construir un acceso a Vío ante la previsión de que en poco tiempo se poblara de empresas, a pesar de que ya se había iniciado la crisis económica.

Los embates de la recesión finalmente se tradujeron en malos resultados para la comercialización del polígono, ya que, diez años después, ese lugar permanece vacío y sin perspectivas de que la situación varíe.