No es la primera vez que en el salón del Náutico se interpreta un concierto. Hay en esta sociedad muchos y buenos aficionados a la música, siendo la mayor parte de ellos abonados de la Sinfónica de Galicia. En este caso, el ámbito de que dispone la sociedad -de excelente sonoridad, por cierto- resultó insuficiente para el número de aficionados que concurrieron al concierto. Para escucharlo, desde luego; pero también, en gran medida, para asistir al homenaje que se tributó a Mercedes Goicoa, pianista, profesora y hasta no hace muchos años, presidenta de la Academia de Bellas Artes Nuestra Señora del Rosario. Ella honró el acto musical con su presencia y recibió el aplauso de cuantos se concitaron para asistir al acto. Fumika, Gabriel y Anne, integrantes del trío de arcos, realizaron un trabajo extraordinario. Comenzaron con la preciosa página de Schubert que interpretaron con el encanto, la precisión y la naturalidad en el freaseo que requiere la obra. A continuación, una espléndida lectura del Trío de Hindemith que, como el propio Gabriel Busi indicó, es difícil para el público y también para los intérpretes; resulta áspero para la escucha y de extrema dificultad para los artistas, que realizaron una soberbia lectura y salieron airosos de la prueba. En fin, el Trío de Beethoven es una verdadera joya musical, pero también de muy difícil ejecución. Su último movimiento parece preludiar las delicadísimas figuraciones de hadas y elfos que realiza Mendelssohn en esa maravilla que es El sueño de una noche de verano. La velada finalizó entre grandes aplausos.