Un pasito más, aunque puede no ser tan firme como los vecinos y los mariscadores se esperan. Y es que, en la larga travesía que está siendo la regeneración de la ría de O Burgo, una piedra se pone en el camino, la financiación de las obras, un obstáculo de unos 48 millones de euros que el Estado pretende sortear abriendo una ruta de 24 millones hecha con fondos propios y con ayudas europeas. Hasta aquí, y sobre el plano, todo muy fácil, salvo por una cuestión: los fondos europeos que podrían completar la inversión estatal en la regeneración de la ría de O Burgo no están asignados a este fin, sino a la construcción de una depuradora en Santiago que no podrá acabarse en los plazos para los que se le había concedido esta subvención.

El Ministerio para la Transición Ecológica tiene que solicitar a la Comisión Europea que le autorice a disponer de estos fondos para poder reunir los 48 millones de euros que necesita para poder sacar a concurso el proyecto de regeneración del estuario. El Ministerio no concretó ayer a preguntas de este diario si ya había solicitado esta modificación en la asignación de fondos Feder, aunque el secretario de Estado para el Medio Ambiente, Hugo Morán, aseguró el pasado martes que lo haría "con carácter inmediato".

La Xunta, que solicitó al Ministerio que dispusiese de esta partida de la depuradora para el saneamiento de la ría, se ha mostrado convencida de que la Comisión Europea autorizará este cambio en las cuentas, aunque la entidad no se ha pronunciado todavía sobre el procedimiento.

Así que, una vez más, compás de espera para la ría, a la que le piden tiempo, pero que ya no puede prolongar mucho más su agonía. En los años ochenta, bajaban a diario más de dos mil mariscadores al estuario. Actualmente, mantienen su carné 51 trabajadores que faenan a pie y 29 que lo hacen a flote. Y es que, los lodos se van adueñando con el paso de los años del fondo de la ría. En algunos puntos, el fango es tan alto que casi alcanza los dos metros. Eso provoca que se cierren los canales que alimentan a los bivalvos y, por extensión, que el estuario pierda productividad y sus trabajadores, capacidad económica, ya que las capturas no llegan para llenar las bolsas de todos.

A la ría le toca esperar. Primero, a que la Comisión Europea se pronuncie, después, al siguiente paso. Si la respuesta es positiva, el Estado contaría con la financiación necesaria para licitar el proyecto que, según el Ministerio para la Transición Ecológica, está ya redactado y que contará con un plazo de ejecución de 21 meses, aunque esperan que las empresas que se postulen para realizar las obras, ofrezcan mejoras no solo económicas sino también en los tiempos. Si todo sale como espera el Gobierno del Estado, ni la Xunta ni los concellos tendrían que aportar fondos propios y la ría estaría saneada a finales de 2020. Una condición indispensable para que Europa facilite el trasvase de esta partida, ya que los pagos deben ser justificados a lo largo de 2021 -si no pudiesen emplearse antes del inicio de ese año, tendrían que solicitar otro tipo de ayudas, que tuviesen un plazo final más alejado en el calendario-.

Si, finalmente, la Comisión Europea dice que no a esta propuesta, el Gobierno del Estado volvería a la casilla de inicio, ya que contaría solo -en base al borrador de los Presupuestos Generales del Estado para 2019- con la mitad de la financiación para las obras y tendría que buscar entre otras administraciones los 24 millones que le faltan. Morán abrió la puerta a una reunión "bilateral" con el Gobierno gallego, que no se muestra partidario a financiar una obra que lleva saliendo en los programas electorales de los partidos desde hace más de una década.

La Xunta defiende que ha invertido ya cien millones en el estuario y ocho millones más en ayudas a los mariscadores, de modo que cierra la puerta a aportar más dinero para la regeneración de la ría, sobre todo, porque entiende que la competencia es exclusivamente del Estado. Se ofrece a pagar, sin embargo, el 10% de unas hipotéticas ayudas a los trabajadores para compensar las jornadas en las que no puedan faenar.

El portavoz de los mariscadores a pie, Manuel Baldomir, asegura que el sector "no va a parar" hasta conseguir la limpieza de la ría. La sensación es como la de 2013, cuando una delegación de la Comisión de Peticiones viajó al estuario, después de que la representante del BNG en Europa, Ana Miranda, presentase la solicitud. Entonces, tenían la impresión de que se desatascaría el saneamiento y de que, tras las declaraciones de los parlamentarios en la zona, que aseguraron sentirse horrorizados con lo que habían visto, todo se agilizaría.

Finalmente, el duro informe que se esperaban fue descafeinado con el paso de los meses, sobre todo, por la actuación del Partido Popular Europeo. La próxima semana, Europa revisará la situación de la ría, cinco años después de la visita de la Comisión de Peticiones, de la mano, de nuevo, del BNG.BNG.