El incómodo cine de Michael Haneke despistó a una asistente a la película Happy end en el Fórum. El filme empieza con una grabación hecha por teléfono móvil y la mujer, confundida, pidió a la sala que volviera a proyectarlo porque lo que veía en pantalla era defectuoso. El proyeccionista le hizo caso, aunque nada cambió.