Tanto la Fiscalía como la acusación particular rechazaron ayer el recurso de apelación del parricida de Oza-Cesuras, que ayer defendió su abogado en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Este último alegó que Marcos Javier Mirás sufrió un "brote psicótico" el Día de la Madre de 2017 cuando, según el jurado popular que lo juzgó en octubre, mató a su hijo en el municipio coruñés. El hombre en prisión cumpliendo prisión permanente revisable tras la sentencia de la Audiencia Provincial.

El letrado Ignacio Espinosa, que defendió al parricida, insistió, como ya hiciera en el juicio, en que pide que se aplique una eximente incompleta. "Que se reconozcan limitaciones en la facultad y voluntad de obrar", expuso. Además, alegó que su cliente presentaba "siete enfermedades psiquiátricas previas a los hechos". Entre otras cuestiones, argumentó que al condenado por la muerte de su hijo de 11 años en el fin de semana que le correspondía estar con el menor por el régimen de visitas fijado tras la separación de su exmujer, "no se le realizaron" las pruebas psicológicas "necesarias". "En el momento de los hechos, tenía afectada su capacidad cognitiva", insistió. En el recurso, la defensa pide que se tenga en cuenta también que el acusado condujo a los policías al lugar donde estaba el cadáver.

El hombre, según se consideró probado en el fallo, mató al menor golpeándolo en la cabeza con una pala de obra en una zona boscosa y de difícil acceso. Fue sentenciado como autor de asesinato con alevosía, agravado porque la víctima era menor de 16 años, concurriendo las agravantes de parentesco y de género, en concurso medial con un delito de lesiones psíquicas a su exmujer.