O xabarín deixou o monte e veu pra capital, a Tropa da Tralla está bailando ska. Esto no lo predijeron Los Simpsons, fueron Os Diplomáticos de Monte Alto. Los jabalíes comenzaron a dejarse ver por núcleos urbanos de los concellos del área: Oleiros, Sada, Arteixo, SadaO Temple (Cambre)... y en cuestión de meses ya han llegado al centro de la ciudad de A Coruñaciudad de A Coruña. Siempre al caer el sol y en pandilla, se han asomado en las últimas semanas por Os Castros, la Sagrada Familia, Ramón y Cajal... Según los expertos, era cuestión de tiempo, como fenómeno que se está dando en toda España y toda Europa porque, entre varias circunstancias, en la ciudad se encuentran más seguros.

Los animales se deciden desde hace tiempo a explorar nuevas zonas y correr aventuras entre asfalto, semáforos y algunos automóviles nocturnos. En contra de lo que pudiera parecer, en la ciudad encuentran "tranquilidad", como territorios que, al fin y al cabo, están libres de batidas y cotos de caza. No es, claro, la única razón. Lo desgrana Francisco Carro, biólogo especialista en este tipo de fauna salvaje que trabaja en la estación biológica del Parque Nacional de Doñana. Explica que, "aunque crea alarma social, es un tema natural".

La principal causa es el abandono del campo. Únicamente hay que comparar la situación actual con el primer vuelo americano de 1956, ilustra Carro. Desaparece exponencialmente el terreno cultivado o intervenido por el hombre y crece paralelamente la zona rural abandonada o de matorral. Así, con un entorno más propicio, la población aumenta. También hay una menor mortalidad de esta y otras especies animales, beneficiada por la sucesión de inviernos más suaves que los de hace cincuenta años.

Los jabalíes son, por tanto, más y van recuperando territorio hasta llegar a las ciudades. Allí se sienten menos perseguidos y ven posibilidad de conseguir comida. La proliferación de eucaliptales tampoco ayuda. Francisco Carro insiste en que no atacan y que, sobre todo, para frenar sus incursiones urbanitas, se debe evitar que vean a A Coruña como una fuente de alimento.

En todo caso, tanto él como otros especialistas, señala que el primer paso para afrontar esta cuestión, es comenzar un estudio científico. "Lo primero en Galicia es saber qué está pasando, antes de actuar. ¿Realmente hay un aumento tan grande como parece? Y si es así, cuántos ejemplares, dónde, por qué... Existe una falta de conocimiento total, no se ha estudiado ni hecho un seguimiento para luego implantar una estrategia. La Xunta debería haberlo hecho", aseguraba el biólogo en una entrevista ya en otoño, tras la proliferación de daños en jardines y fincas en el municipio de OleirosOleiros. Carro constataba que en Galicia no hay seguimiento de esta fauna salvaje, como sí hay en otras comunidades con grupos especializados como en Andalucía, lo que condiciona las decisiones en materia de política medioambiental.