La lonja del Gran Sol, sin uso desde 2004, tiene protección monumental tras la aprobación de la última modificación del catálogo. La estructura, de 252 metros de longitud y 38 de largo, es obra de Eduardo García de Dios y Félix Calderón Gaztelu y su característica más visual son las bóvedas formadas por láminas de hormigón que se rematan con una fachada acristalada hacia el mar. Los bajorrelieves de los laterales del inmueble se añadieron posteriormente a la construcción, del año 1960.