El Gobierno local descartaba, una vez más, en febrero de 2009 peatonalizar las calles de la Ciudad Vieja. La falta de aparcamiento, debido a la paralización en la construcción del párking de O Parrote por el hallazgo de restos arqueológicos, obligaba a la por entonces Concejalía de Tráfico a cambiar su plan de acción. La propuesta para el casco histórico quedaba, pues, en que todos los vehículos pudieran circular entre las seis y las once de la mañana, especialmente para permitir la carga y descarga a establecimientos comerciales, y, durante el resto del día, solo permitir el paso a los residentes.