Alarma por el picudo. Este fastidioso escarabajo de color rojo es una amenaza para las palmeras de la ciudad y la comarca. Si da reposo a su vuelo y se posa en ellas propaga una plaga que hace enfermar gravemente a las especies arbóreas: las hojas pierden su color y se caen y el penacho central se deteriora, hasta el punto de que es aconsejable la tala total del árbol. Los expertos fechan la llegada del picudo ( rhynchophorus ferrugineus) a Galicia hace cinco años, en Gondomar; ahora ha llegado a la ciudad, donde ya ha colonizado seis palmeras, y a su entorno. El Gobierno local ha puesto en marcha protocolos para actuar contra su invasión y más de un concello del área metropolitana con palmeras ya castigadas por este insecto le han solicitado información para prevenir sus daños de la misma manera.

La acción municipal apunta al control de las especies, la prevención de la plaga del picudo y la eliminación de las palmeras afectadas. En la ciudad son seis hasta ahora: una en espacio público ubicada en Santa Lucía al comienzo de la avenida Alfonso Molina, que ya se ha talado, y cinco en terrenos privados, en Eirís, A Cabana y Ciudad Jardín. Entre marzo y octubre, los meses más calurosos, es mayor la incidencia del insecto.

Una vez hecho un inventario de palmeras de ambos tipos debe intensificarse su vigilancia desde abajo o, de manera más fiable, con la subida a lo alto de los árboles o mediante costosos sensores sísmicos que detectan la vibración que produce la mordedura del picudo. Es aconsejable también que la población informe a la concejalía de Medio Ambiente de los síntomas de deterioro que adviertan en palmeras.

La poda o la colocación de trampas a cargo de especialistas y el uso de unos gusanos llamados nematodos o de insecticidas son las medidas de prevención más convenientes, según señala el protocolo municipal. Cuando se confirme la presencia del picudo, la administración local deberá determinar si se procede a la tala del árbol o a un saneamiento quirúrgico que elimine el tejido afectado.

La tala de las palmeras infectadas deberá ser realizada por personal cualificado. Antes de que se arranquen de sus lugares de plantación es conveniente el tratamiento fitosanitario de los árboles con productos autorizados y envolviendo toda su cabeza con plástico. Luego se talará la especie sin que queden restos vegetales ni de insectos extendiendo plásticos por el suelo y sellando con pintura asfáltica o resina mastic la parte del tronco pegada a la raíz, que incluso podría extraerse.

Para evitar futuras propagaciones de formas vivas de la plaga el protocolo del Ayuntamiento recomienda la trituración de los restos generados después de la tala de la palmera afectada por el picudo. Su enterramiento a un mínimo de dos metros de profundidad también es válido, acompañado también de esmagamiento.

Todo el proceso debe ser completado con actuaciones en palmeras sanas, libres de los efectos del escarabajo invasor, a través de tratamientos fitosanitarios preventivos con métodos no tóxicos de lucha biológica en la corona de las palmeras entre los meses de febrero y noviembre. Las podas que se realicen en esta fase deberán programarse entre diciembre y febrero y las hojas cortadas tendrán que sellarse con pasta cicatrizante con insecticida.