La Fiscalía pide tres años de cárcel para el hombre que presentó una demanda falsa por despido improcedente. Además, deberá indemnizar al querellante. Los hechos se remontan a junio de 2015, cuando el acusado presentó una serie de pruebas para simular la existencia de una relación laboral entre él y el querellante, y de esa manera conseguir una indemnización por despido improcedente.

El demandante por aquel entonces no facilitó el verdadero domicilio de su supuesto jefe y la vista se celebró en su ausencia. El Juzgado de lo Social número 5 de A Coruña declaró improcedente el despido y acordó el embargo de los bienes del presunto empleador por importe de 1.808 euros de indemnización por despido, y un total de 8.220 euros en conceptos de salarios de tramitación.

Al conocer la situación, el querellante promovió incidente de nulidad y en 2017 se desestimó la demanda de despido interpuesta por el acusado ya que no quedó acreditada la relación laboral entre ambos.

El fiscal pide ahora tres años de prisión para el acusado por un delito de estafa procesal y una multa de seis euros diarios durante doce meses, es decir, un total de 2.160 euros. Solicita además que el acusado indemnice al querellante por el importe de los gastos que le ocasionó el incidente de nulidad.