La Policía Nacional ha detenido hoy a un hombre acusado de ser el autor de un robo a mano armada en la sucursal de La Caixa que está en la calle San Mateo, frente al viaducto de la ronda de Nelle. Fuentes policiales cercanas a la investigación indicaron que el hombre estuvo merodeando por la zona unos diez minutos antes de perpetrar el robo y que, sobre la una de la tarde, se decidió a entrar en la oficina.

Entonces, sacó un arma de fuego, una pistola y se la puso en la espalda a la encargada de la oficina, que estaba acompañada por otra empleada, según agentes del 091. El individuo, según los investigadores, solicitó 3.000 euros a las empleadas, que accedieron a darle mil euros. El atracador, según fuentes policiales, durante el robo les dijo a las trabajadoras de la sucursal que estuviesen tranquilas, que no les iba a hacer nada. Una vez que tuvo en su poder los mil euros, emprendió la huida.

El hombre fue detenido por la tarde, según fuentes de la investigación, que señalaron que el hombre había huído a pie. Los agentes de la Policía Judicial investigan si el arrestado es autor de más asaltos a bancos en la ciudad.

La Policía Nacional se personó en la oficina a los pocos minutos del suceso. Su labor, en ese momento, era mantener la seguridad ciudadana en la zona y evitar que los clientes entrasen a la sucursal, en la que estaban todavía las empleadas, que no salieron hasta que hablaron con los agentes.

Pasadas las dos de la tarde, más agentes de la Policía Nacional acudieron a la sucursal de esta esquina de la calle San Mateo para tomar declaración a las víctimas y para iniciar la investigación que, finalmente, acabó con la detención del sospechoso pocas unas horas más tarde.

Dos compañeros de las mujeres asaltadas acudieron a la oficina para interesarse por su estado y uno de ellos confirmó a este diario que las dos se encontraban bien a pesar del susto que se habían llevado pocos minutos antes.

Fuentes cercanas a la investigación apuntaron a que nadie había sospechado de las intenciones

del atracador, a pesar de que algunos testigos lo habían visto por las inmediaciones de la oficina de La Caixa, minutos antes de que decidiese entrar y perpetrar el asalto.