El número total de delitos cometidos en A Coruña no dejó de crecer durante los últimos cinco años, según las estadísticas del Ministerio del Interior, en las que en el conjunto de España hubo tres años seguidos de caídas hasta que en 2017 volvió a producirse un incremento de la delincuencia. De los 8.907 delitos registrados en la ciudad en 2013 se pasó a 8.977 al año siguiente, mientras que en 2015 se llegó a 9.112. Un año después se alcanzaron los 9.447 y en 2017 los 9.671, mientras que el año pasado se contabilizaron 10.056, lo que supone mantener una tendencia que la policía no es capaz de modificar.

Estas cifras contrastan además con las del resto del país, en el que entre 2014 y 2016 se produjo una disminución de 160.547 infracciones penales gracias al descenso experimentado durante tres años consecutivos. Los aumentos ocurridos en los dos últimos años no han conseguido además elevar el número total de delitos hasta la marca que se alcanzó en 2013.

Los sindicatos del Cuerpo Nacional de Policía atribuyen el comportamiento de la delincuencia en la ciudad al continuo descenso de la plantilla, que según sus datos se encuentra al 75% de su cobertura. A este problema se añadirá a corto plazo que la Policía Local sufrirá también una importante reducción de su personal a causa de las jubilaciones anticipadas, lo que hará que queden vacantes el 20% de las plazas de su Relación de Puestos de Trabajo.

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Los representantes sindicales también culpan de esta situación a la jornada laboral aprobada para el cuerpo en 2015, a la que achacan que haya turnos de trabajo con desproporción en cuanto al número de agentes, el cierre de la Oficina de Denuncias de la avenida do Porto durante las noches y los fines de semana, así como la clausura del departamento de Documentoscopia de la Policía Científica y la reducción de servicios de asistencia a los ciudadanos como los vehículos que patrullan las calles.

Los problemas de organización también son denunciados con frecuencia, ya que la inadecuada distribución del personal, la falta de protocolos de actuación y de medios para hacer frente a los delitos, junto con la escasez de personal en las unidades especializadas en la investigación repercuten de forma negativa.

La inexistencia de coordinación entre la Policía Nacional y la Local es otro de los argumentos esgrimidos por los sindicatos, ya que la Junta Local de Seguridad hace más de un año que no se reúne a pesar del aumento de la delincuencia durante cinco años seguidos.