El artista coruñés Enrique Tenreiro continúa desde ayer en condición de investigado por la comisión de un presunto delito de daños tras prestar declaración ante la juez de la localidad madrileña de El Escorial que instruye las diligencias por el caso de la pintada que efectuó el pasado 31 de octubre sobre la tumba de Francisco Franco en el Valle de los Caídos.

Tenreiro declaró mediante una videoconferencia y explicó a la juez que el objetivo de su actuación, que consistió en el pintado de una paloma de la paz y la frase "Por la libertad" sobre la lápida, trataba de "buscar la reconciliación entre los españoles" y de superar el enfrentamiento entre quienes combatieron en la Guerra Civil. El artista respondió tanto a las preguntas de la titular del juzgado como a las de un abogado que representó a una parte personada en la causa, cuya identidad no fue revelada a Tenreiro, quien aseguró que mantuvo una actitud hostil hacia él durante toda la declaración.

A la pregunta de si era consciente del daño que había causado en la tumba, Tenreiro explicó que había utilizado pintura al agua, fácilmente limpiable, y que había pintado una paloma de la paz, por lo que no hubo daños irreparables. El artista negó haber interferido en la misa se celebró en la basílica, ya que efectuó su reivindicación antes de que comenzara el oficio religioso y aprovechando la ausencia en ese momento de los guardias de seguridad.

Tenreiro rechazó desvelar qué fotógrafo coruñés le puso en contacto con Pedro Armestre, un prestigioso profesional de la imagen que se encargó de grabar el momento en que llevaba a cabo su protesta en el templo. La juez le informó que como investigado deberá informar si cambia de domicilio durante los dos próximos años. Enrique Tenreiro había declarado ya en diciembre en el puesto de la Guardia Civil de Oleiros y el juzgado deberá ahora continuar las diligencias hasta decidir si le acusa de un delito.