Cáritas Diocesana inauguró ayer un piso en la ciudad para reclusos penitenciarios sin recursos económicos en los que puedan pasar períodos de libertad condicional o permisos para, explican fuentes de la entidad, "no tener que verse obligados a cumplir la totalidad de la condena en la cárcel por carecer de familia u hogar al que poder volver". Es la segunda vivienda de estas características que tiene Cáritas en la ciudad. La que ya funcionó durante 2108 acogió a presidiarios durante 113 permisos penitenciarios y estuvo ocupada todo el año excepto la segunda quincena de agosto.

La entidad religiosa también tiene una casa de acogida para exreclusos con un servicio de acompañamiento y apoyo a la inserción a través de profesionales y voluntarios. Fueron dos las personas que salieron de la prisión y que pasaron por esta vivienda, logrando uno, explican fuentes de Cáritas, normalizar su vida tras cumplir su condena en la cárcel.