Una ola, una marea, un tsunami. Vale cualquier analogía de estas para hacerse una idea de la magnitud que la concentración y marcha de la segunda huelga feminista que se convoca en el país alcanzó ayer en el centro de la ciudad. Entre 38.000 y 40.000 personas, cifra la Policía Local. Sobre el 16% de la población coruñesa. Son como poco 5.000 personas más que las que se juntaron el 8-M del año pasado en la misma zona para reclamar igualdad y respeto a las mujeres y denunciar discriminaciones y la violencia de género.

El mismo mensaje, lemas parecidos. Contra el patriarcado y el machismo, la inseguridad, la precariedad del empleo femenino, la discutible respuesta institucional a las demandas de las mujeres. Frases sencillas y directas como "Las mujeres unidas jamás serán vencidas", "Aquí está, aquí se ve, el feminismo gallego en pie", "De camino a casa quiero ser libre" o "No estamos solas, faltan las asesinadas" se leyeron escritas en láminas y pancartas o se oyeron durante dos horas largas (en castellano, en gallego y hasta en inglés) entre el Obelisco y la plaza de Tabacos.

Las coruñesas respondieron a la nueva llamada en el Día Internacional de la Mujer para secundar la huelga feminista y clamar por la igualdad, convocada esta vez por Galegas 8-M y completada por otras marchas promovidas por distintos colectivos a lo largo de la jornada. Y con ellas, que fueron mayoría, hombres de todas las edades, niños, bebés en carrito y perros paseados con correa o llevados en el regazo. La concentración de personas fue tal en el Obelisco desde antes de las siete y media de la tarde que tardó un cuarto de hora en arrancar la multitud, atascada junto a Rúa Nueva, por donde comenzó a desfilar la gente.

De ahí a San Andrés, plaza de Pontevedra, plaza de Lugo, plaza de Galicia, plaza de Ourense, Linares Rivas, Primo de Rivera, plaza de A Palloza y plaza de Tabacos, donde los que hasta allí llegaron de entre la masa humana escucharon el manifiesto de las convocantes. La marcha discurrió a través de un recorrido serpenteante por estrechas calles. Era tan numerosa la asistencia que quienes todavía esperaban en el Obelisco cuando ya había arrancado la marea de manifestantes acabaron uniéndose a los grupos de cabeza en Linares Rivas, punto en el que se vieron atrapados algunos vehículos que habían salido del túnel de la Marina en la avenida do Porto.

La cabecera de la manifestación, con el lema "8-M Galegas en Loita. Libres e combativas", llegó a la plaza de Tabacos casi una hora después de lo previsto y esperó a que se reuniesen asistentes antes de la lectura de su manifiesto. Con alusiones a las cigarreras que en 1857 protagonizaron la primera huelga de mujeres en Galicia, el texto apeló a la revuelta y al feminismo, a que la "lucha de las mujeres arranque de los lugares institucionales", y denunció "los abusos del patriarcado y la misoginia". Una pancarta recordaba los nombres de siete mujeres asesinadas supuestamente a manos de hombres cuyos casos nunca se han resuelto; "Machistas=cobardes. Únete o extínguete", se podía leer en el reverso del cartón.

Seguían leyendo las convocantes encima de un altillo en Tabacos y avanzaba parsimoniosa todavía la marcha por A Palloza y Primo de Rivera. Destellaban los flashes de las cámaras de los teléfonos móviles en un lado y otro para captar panorámicas de la multitud o recoger en imágenes a grupos de personas, la mayoría jóvenes con adornos morados en la ropa o en la cara, en una fecha de nuevo histórica.

El seguimiento de la huelga feminista fue también promovido y secundado desde otros sectores. El sindicato CIG reclamó igualdad y denunció discriminaciones salariales y por motivos de conciliación por la mañana en una marcha desde la plaza de Vigo que acabó ante la Delegación del Gobierno, en la que cifraron una participación de 3.000 personas (1.100 según la Policía Local). Otras organizaciones sindicales llevaron las movilizaciones, con paros parciales, ante el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña. Y la CGT calificó de "éxito" el paro en las empresas. La CIG destacó que la huelga tuvo más incidencia "en los sectores más feminizados", con importante seguimiento en el comercio y el cierre de centros cívicos. Tiendas especializadas se tomaron el día libre.

La Delegación Territorial de la Xunta en A Coruña se concentró ante la sede administrativa bajo el lema "365 días por la igualdad" e hizo lectura de un manifiesto. "Uno de los grandes retos de los próximos años es la conciliación de la vida personal, familiar y laboral", destacó la secretaria territorial de la Xunta. Placeras y placeros de San Agustín y del mercado de la plaza de Lugo vistieron camisetas moradas reivindicativas en sus puestos de trabajo durante la mañana y la empresa Ferrovial Servicios se sumó a las reclamaciones del día con la campaña Xuntos pola Igualdade en lazos y carteles conmemorativos.