La brecha tantas veces grande que separa el conocimiento técnico y científico del entendimiento práctico puede cerrarse con una divulgación eficiente. A ello aspira el proyecto Camiños de futuro, promovido y desarrollado por la Escuela de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universidade da CoruñaEscuela de Ingeniería de Caminos, Canales y PuertosUniversidade da Coruña, desde las aulas ocupadas por quienen aún no han entrado en la edad universitaria. Cuatro estudiantes y siete profesores del centro de la UDC pilotarán la iniciativa en esta segunda parte del curso entre alumnos de 2º de Secundaria a 1º de Bachillerato de 30 institutos de Galicia con talleres presenciales y prácticos que reflexionan sobre aspectos relacionados con la ingeniería civil: el transporte seguro, el consumo de agua y la resistencia de los materiales empleados en la construcción.

"El reto de esta experiencia, y con el que me sentiría satisfecho, es que los chicos, durante y al final de los talleres, entiendan la utilidad práctica que tienen campos que en apariencia son de difícil comprensión", confiesa el director del proyecto, Diego Carro. La respuesta, tras las dos primeras experiencias en centros de Ferrol y Ourense, es "prometedora" y los estudiantes de ESO y Bachillerato han manifestado un activo interés en las materias.

Adaptar el lenguaje técnico a la comprensión de los alumnos es otro reto. Es necesario dinamismo y acción con "ejemplos sencillos" y "análisis reales". Por eso en el taller sobre movilidad se le pidió a los estudiantes que propusieran medidas para hacer más cómodos y sostenibles los desplazamientos al entorno de sus centros, criticando situaciones o planteando soluciones que puedan ser trasladadas a un gobierno municipal. En el taller sobre agua la propuesta fue analizar la cantidad consumida a diario para determinar qué medidas son más ahorrativas. Y en el de estructuras, construir y destruir diversos moldes para comprender qué motiva su resistencia o su fragilidad, dice Carro.

En cada actividad también se llevaron a cabo experimentos sencillos, bajo el esquema prueba-error, para mantener en vilo la expectación y el interés de los menores, como hacer hormigón en las propias aulas para que los profesores, según sus características, explicasen sus usos; crear un tramo de dos metros de vía de ferrocarril para hacer comprender por qué el tren se mantiene sobre las mismas; o explicar cómo funciona el transporte del agua. "Unos experimentos son más interactivos que otros, pero suelen causar sorpresa en los alumnos, que se dan cuenta de cómo son en realidad algunas cosas difíciles de explicar", cuenta el director de Camiños de futuro.

Cada visita de estudiantes y docentes de Caminos a un centro dura unas dos horas y los institutos mantendrán contacto por videoconferencia para el seguimiento de experimentos. El proyecto llegará a institutos de la ciudad.