El Ayuntamiento efectuó el pago a sus proveedores en el pasado mes de enero en un plazo medio de 27,87 días, por debajo de los 30 que establece el Ministerio de Hacienda, por lo que enlaza dos meses seguidos ajustándose a los requisitos tras hacer cerrado diciembre con un plazo de 19,42 días.

El Gobierno local ha vuelto a abonar las facturas en un tiempo adecuado, algo que no consiguió hacer en los ocho meses previos a diciembre de 2018, en los que sobrepasó el límite fijado por el departamento estatal. Ese incumplimiento reiterado impidió al Ejecutivo utilizar el remanente de 2017 „lo que no se gastó en ese ejercicio„ para inversiones en obras, lo que obligó al Concello a destinar los 15,1 millones de euros sobrantes del año anterior a amortizar deuda y no a proyectos en distintos barrios.

Para explicar el incumplimiento del periodo medio de pago a proveedores hasta noviembre, el mes límite para poder realizar las llamadas inversiones financieramente sostenibles, el Gobierno local admitió lentitud en la tramitación de las facturas a consecuencia de un cambio en la ley estatal de contratos del sector público y de un proceso de digitalización municipal que provocó el atasco de recibos.