Tres exgerentes del Hospital de A Coruña y su gerente. La presidenta de la Junta de Personal del área de A Coruña. Sindicatos, arquitectos, políticos. El Foro Cívico se sentó ayer en la Fundación ONCE para debatir sobre la futura ampliación. Lo que se preveía un debate sobre si el hospital debe crecer o debe ser sustituido por uno nuevo, se quedó en un paso previo: el modelo asistencial al que se debe aspirar y un recuerdo al pasado para evitar su principal error, que un plan director pensado para diez años vaya a tardar un cuarto de siglo en desarrollarse.

El primero en hablar estaba al frente del Juan Canalejo cuando se redactó, Jesús Caramés, gerente entre 1996 y 2006. Recuerda las grandes carencias del hospital, con una situación de urgencias "terrible" y la hospitalización en 11 plantas con un "un problema de seguridad que tenía preocupados a todos". Es entonces cuando se plantea la elaboración del plan director de tres fases, cuya ejecución no debería de haber pasado de 2010. El Sergas empleó dos décadas en materializar fase y media y tiene aún la tercera, que se tuvo que actualizar, pendiente de adjudicar. "Serán dos fases y media porque el derribo del hospital de pacientes se ha eliminado", ilustró Caramés.

El médico reclamó que lo que se haga sea con premura para no recaer en el error de tener que seguir un plan director desfasado. Exige participación ciudadana. Apuesta por un plan eficiente y porque determinados servicios estén "donde están los ciudadanos". ¿Cómo? Dotando a los centros de Carballo y Betanzos con tecnología de alta resolución y urgencias más allá de los Puntos de Atención Continuada para evitar que determinados ingresos que se podrían resolver allí, acaben en el hospital central.

José Buitrón dirigió el hospital entre 2007 y 2009. Señaló ayer que fue en este último año de su gerencia cuando surgió la posibilidad de levantar un hospital nuevo en la fábrica de armas. El médico advirtió de que, para debatir sobre si es mejor un hospital nuevo o una ampliación, tiene que haber una "visión global" con "presupuesto", "plazos" y "proyecto" para evitar que, después de invertir millones en el plan director antiguo, un nuevo centro se entienda como "un despilfarro". Reclamó, al igual que Caramés, "la participación imprescindible de los ciudadanos".

La presidenta de la Junta de Personal, María Seixo (CIG), indicó que la ampliación no debe ser solo "geográfica, sino estructural" y advirtió de que la financiación tiene que ser "pública en todas sus consecuencias", rechazando que la Xunta repita en A Coruña el modelo público-privado del hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, que consistió en adjudicar la obra a una empresa que la financió y la ejecutó a cambio de gestionar los servicios no sanitarios durante veinte años y un canon anual. En la misma línea se pronunció, desde el público, el secretario general de la Unión Comarcal de Comisiones Obreras en A Coruña, que rechazó también el "modelo Vigo" y se preguntó si el anuncio del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, obedece a "intereses asistenciales o a intereses económicos ajenos a la propia asistencia".

Seixo, que reclamó más personal y la optimización de los recursos, demandó "transparencia" para la planificación porque, sin "indicadores" como las listas de espera, no se pueden "identificar con claridad cuáles son las necesidades". Afirmó que el nuevo centro puede ahondar en la "hipertrofia de los recursos hospitalarios en detrimento de la Atención Primaria". Criticó, al concordar con una oncóloga que participó desde el público para comentar cómo las plantas se convierten en "auténticos geriátricos", que el Sergas no ha hecho nada para "adaptarse a la realidad" social.

El actual gerente, Luis Verde, reiteró los planes de la Xunta. Aunque no afirmó que la preferencia es el nuevo hospital, para el que Núñez Feijóo ha pedido reservar los terrenos de la fábrica de armas, sí indicó que la idea del Gobierno gallego, que aún no ha adjudicadola redacción del plan funcional previo a la elaboración del nuevo plan director, es retirar de la ecuación el Materno, mantener el Abente y Oza, desatascar O Ventorrillo y centralizar en el nuevo la hospitalización (incluida la infantil), el oncológico, consultas externas, investigación y formación. Quieren resolver también los problemas de aparcamiento. Con este plan sin definir, Luis Verde, explicó que estos días se adjudicaría el proyecto básico y de ejecución de la tercera fase del plan director. Una vez redactado, aún quedaría licitar la obra y ejecutarla.

Entre el público estaba el urbanista José González Cebrián-Tello, quien advirtió de que quedan muchas incógnitas, como la obtención de suelo, puesto que el plan general en vigor no abre esa posiblidad. Recordó que el PGOM planifica la ampliación por encima del aparcamiento, precisamente algo de lo que adolece el centro hospitalario. Preguntó qué pasará con los 100.000 metros cuadrados que han sido reformados en los últimos años y cuál será su futuro.