Un padre solo podrá ver a su hijo una hora cada quince días después de que la Audiencia Provincial de A Coruña estimase un recurso de apelación de la madre para reducir el régimen de visitas acordado tras el divorcio. La sentencia señala que el padre no muestra interés por el menor, por lo que pasará de estar con él un fin de semana cada quince días a una sola hora.

Fue en junio de 2017 cuando el matrimonio se divorció y se acordó que el padre debía pagar 200 euros mensuales como pensión de alimentos, el 50% de gastos extraordinarios como actividades extraescolares o libros de texto y la elaboración de un régimen de visitas, ya que la custodia del pequeño es de la madre. Según dictó el Juzgado de Primera Instancia número 2, el hombre podría estar con su hijo los sábados y domingos cada dos semanas y periodos de vacaciones de Navidad, verano y Semana Santa, en los que se turnaría con la madre, quien presentó un recurso de apelación a esta sentencia porque "no hay comunicación" entre padre e hijo, quien tiene una minusvalía psíquica del 36%.

Cuando el matrimonio se separó, el padre estuvo siete meses sin ver al menor lo que, según la demandante, "repercutió negativamente en el hijo, hasta el punto de que se muestra reacio a verlo". La psicóloga que trata al pequeño detalló que esta situación le provoca "crisis de ansiedad".

Durante el tiempo que el niño está con su padre cada quince días, el hombre "no le hace caso, todo el tiempo llama por teléfono y el menor juega con una videoconsola", según recoge la sentencia de la Audiencia. Incluso hay un informe médico de una visita a Urgencias en el que se le diagnóstico al hijo una crisis de ansiedad después de que el padre le riñese y le dijese que iba a llamar a la Guardia Civil, lo que puso nervioso al pequeño.

Una serie de circunstancias que han llevado a la Audiencia Provincial a estimar el recurso y reducir el régimen de visitas, ya que la finalidad de este, según indica el Código Civil, no es satisfacer los deseos del progenitor sino, fundamentalmente, la de proteger los intereses del hijo para favorecer su desarrollo emocional. En este caso, y teniendo en cuenta la situación personal del menor, este no es receptivo a los cambios.

El padre podrá visitar al pequeño los sábados cada quince días de 16.00 a 17.00 horas, cuando hasta ahora podía pernoctar en su casa para pasar todo el fin de semana juntos. Esta decisión, sin embargo, no descarta que si "va mejorando la situación" en la relación entre el menor y su padre, el régimen de visitas pueda ir incrementándose en un futuro.